Argentina despedirá a Hebe de Bonafini, la histórica líder de las Madres de Plaza de Mayo.
Los argentinos despedirá a Hebe de Bonafini, la presidenta de la legendaria organización Madres de Plaza de Mayo, quien falleció este domingo a los 93 años de edad, como lo confirmaron fuentes cercanas a esta defensora de Derechos Humanos.
“Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional, no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre”, la despidió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en su cuenta de Twitter.
Madre de dos hijos desaparecidos durante la dictadura militar, defensora y activista de los derechos humanos, fundó la asociación Madres de Plaza de Mayo para visibilizar la desaparición de argentinos durante el periodo de 1976-1983, cuando los militares tenían el poder en esta nación del sur del continente.
Bonafini había sido dada de alta el 13 de octubre, luego de haber estado internada tres días en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata, donde fue sometida a diferentes controles médicos.
La semana previa a esa atención médica, la dirigente había encabezado la marcha que realiza todos los jueves, y en esa ocasión habían invitado a estudiantes secundarios para que expusieran sobre las tomas de escuelas en la ciudad de Buenos Aires. La defensora de derechos humanos fue una de las cofundadoras de Madres de Plaza de Mayo.
Poco después, Alejandra Bonafini, hija de la activista, informó a través de un comunicado la partida de esta defensora de los DD.HH: “Son momentos muy difíciles y de profunda tristeza, y comprendemos el amor del pueblo por Hebe, pero ahora tenemos la necesidad de llorar (…) en la intimidad”, indicó Bonafini, antes de aclarar que a partir del lunes informarán cuáles serán los espacios para los homenajes y recordatorios.
Con la partida de Hebe de Bonafini perdimos una luchadora incansable. Reclamando verdad y justicia junto a las Madres y Abuelas, enfrentó a los genocidas cuando el sentido común colectivo iba en otra dirección.
Con enorme cariño y sincero pesar, la despido. Hasta siempre Hebe. pic.twitter.com/MfNoadWa0p
— Alberto Fernández (@alferdez) November 20, 2022
El presidente de esta nación, Alberto Fernández, también despidió “con profundo dolor y respeto” a la “luchadora incansable por los derechos humanos”, decretando tres días de duelo nacional, en un comunicado.
“El gobierno y el pueblo argentino reconocemos en ella un símbolo internacional de la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los treinta mil desaparecidos”, se lee en el texto de la Presidencia argentina. “Como fundadora de Madres de Plaza de Mayo, puso luz en medio de la oscura noche de la dictadura militar y sembró el camino para la recuperación de la democracia hace cuarenta años”.
Liderazgo controvertido
El fallecimiento de Bonafini provocó reacciones dispares en redes sociales, con muchos mensajes de tanto de cariño como de rechazo a su figura, que estuvo muy marcada por sus declaraciones polémicas y sus alabanzas a personajes de la izquierda latinoamericana como Ernesto «Che» Guevara, Fidel Castro o Hugo Chávez.
Ese espíritu revolucionario no afectó a su fama en el extranjero, en donde conquistó numerosos premios y distinciones por defensa de los Derechos Humanos, hasta el punto de compartir escenario con el cantante británico Sting al compás de «They dance alone» en varias oportunidades.
Ese tema, compuesto por el exlíder de The Police en 1987, fue un homenaje a las mujeres chilenas que habían perdido a sus seres queridos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y se extendió, durante sus actuaciones en Argentina, a la reivindicación de las Madres de Plaza de Mayo.
La activista por los derechos humanos, que habría cumplido 94 años el próximo 4 de diciembre, presidía desde 1979 una de las facciones de la organización integrada por madres que perdieron a sus hijos durante la última dictadura cívico-militar en la nación gaucha.
Junto a centenares de madres y abuelas, Hebe de Bonafini fue la cara visible de las manifestaciones para encontrar a los desaparecidos durante el autodenominado ‘proceso de reorganización nacional’, unas 30.000 personas entre militantes políticos y sociales, sindicalistas, estudiantes y artistas, según estimaciones de los organismos de derechos humanos.
La labor de esta mujer de orígenes humildes no concluyó con el final de la dictadura y se prolongó durante años de compromiso social, un tiempo que no estuvo exento de polémicas en torno a su figura.
