Desde Enero de 2018 hasta agosto de 2022, se han registrado por minas antipersonales 1.938 víctimas, la mayoría de ellos en zonas rurales del país: CICR


Una fatídica realidad de la guerra que ha envuelto a Colombia a lo largo de los años se continúa viviendo en los territorios más recónditos del país.

En Colombia las comunidades  han visto restringidos sus movimientos durante décadas sin poder salir o moverse con tranquilidad por miedo a dar un mal paso debido a la presencia de artefactos explosivos; Es por esto que el Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR,  lanzó la campaña «El confinamiento más largo»,  que busca que esta problemática siga siendo visible en el país y así todos los actores del conflicto armado entiendan, al igual que la sociedad civil, la magnitud de  la situación en algunos territorios del país.

Esta es una campaña del CICR Colombia que tiene como objetivo sensibilizar sobre las múltiples afectaciones y el sufrimiento que genera la presencia de artefactos explosivos en diferentes comunidades a lo largo del país.

De acuerdo con el CICR, desde Enero de 2018 hasta agosto de 2022 se han registrado por minas antipersonales, restos de explosivos de guerra, artefactos de detonación controlada y artefactos lanzados, 1.938 víctimas, la mayoría de ellas en zonas rurales del país. 

Señala el organismo internacional que  también existen efectos indirectos que se derivan del fenómeno de la guerra, como el confinamiento, el desplazamiento, las afectaciones psicológicas y la zozobra que, aunque son menos visibles, son igualmente graves pues transforman por completo y de manera profunda la vida de las poblaciones.

Para el CICR «la reconfiguración de los conflictos armados en el país, las disputas territoriales entre diversos actores armados, así como el control de los cultivos ilícitos han empeorado esta situación, que muchas veces pasa silenciosa en las zonas más afectadas».

Según la Unidad Para la Atención y Reparación Integral para las Víctimas, el número de personas confinadas por los conflictos armados en Colombia, desde enero de 2018 hasta junio de 2022  es de 137.500  personas. Llama la atención que los departamentos afectados son casi los mismos a través de los años:

Chocó lidera con más del 70 % de las personas confinadas en el país; le sigue  Antioquia y Nariño. En este periodo también figura Arauca, Risaralda, Putumayo, Valle del Cauca y Cauca. Algunos, como Norte de Santander, si bien no están en las cifras oficiales, es claro que también se ha visto afectado.  

Este ha llevado como consecuencia que comunidades enteras experimenten temor, ansiedad e impotencia; pues han perdido sus medios de subsistencia y el acceso a servicios médicos y educativos al no poder transitar libremente por su territorio, debido a la amenaza constante y silenciosa que representan los artefactos explosivos, puntualizó el CICR

Sumado a esto, las personas se han visto en la obligación de dejar de trabajar la tierra y vivir con hambre, no poder acceder a fuentes de agua, alejarse de familiares y amigos por temor a salir, dejar de lado sus prácticas ancestrales y vivir con un miedo constante a morir.

Sin embargo, los conflictos armados no son la única causa de los confinamientos. La violencia armada en entornos urbanos ha dejado a comunidades enteras sin poder salir. Este fenómeno también confina a las personas en los barrios, tal como ocurre en ciudades como Buenaventura, Tumaco, Cali, Medellín o Bogotá.

A pesar de estas cifras y vidas truncadas  todavía hay quienes piensan que la paz se consigue con la guerra.

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