El Gobierno de México descartó este martes decretar un aislamiento social obligatorio por el coronavirus. 


Una medida que, según el subsecretario de Prevención y Promoción de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, es una política demasiado extrema que están muy lejos de tomar. No obstante, él mismo confirmó que en México ya inició la fase de contagio local y que se cuentan 367 enfermos por Covid-19, además de cuatro fallecimientos.

A pesar de esto, no consideran necesario el aislamiento obligatorio y tampoco lo hace el presidente Andrés Manuel López Obrador, que de hecho, en sus redes sociales le ha pedido a la gente salir a las calles y vivir una vida normal. 

López-Gatell señaló que este coronavirus «es una enfermedad que se autocontrola por la respuesta inmune de los organismos, nueve de cada diez no van a necesitar hospitalización».

El Secretario ya había explicado que las autoridades sanitarias tienen un registro de 826 casos sospechosos y otros 865 que ya dieron negativo a las pruebas del coronavirus. El 89 % de los infectados se mantiene con tratamiento ambulatorio en sus domicilios y el 11 % ha recibido atención hospitalaria, de acuerdo con el panorama presentado por las autoridades sanitarias. 

En la rueda de prensa matutina del gobierno mexicano, se decidió que se emitirá un decreto para que los ancianos puedan quedarse en casa pero recibiendo un sueldo. Asimismo, la Secretaría de Defensa prometió disponer de más de 16.000 de sus hombres para atender la situación sanitaria cuando se requiera. 

Este lunes, las autoridades sanitarias declararon el inicio de la llamada Jornada Nacional de Sana Distancia, que estará vigente hasta el 20 de abril, en la que se pide la suspensión temporal de actividades no esenciales, a la reprogramación de eventos masivos y a la permanencia de la gente en sus casas. Pero el Gobierno insiste en que por ahora no obligará a la gente al distanciamiento social. 

En Ciudad de México, el gobierno local ha anunciado el cierre de cines, bares, restaurantes y otros establecimientos comerciales para evitar la propagación del coronavirus.

La frontera entre México y Estados Unidos ha sido cerrada desde el pasado viernes a los cruces por motivos turísticos, aunque permanece abierta para el comercio y la asistencia sanitaria. 

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