Mujeres recluidas en la cárcel de Jamundí viven en condiciones de salud deplorables
En una visita de control que duro cuatro días, la Defensoría del Pueblo dio a conocer el pasado mes las condiciones en las que actualmente viven las mujeres que se encuentran recluidas en la cárcel de Jamundí.
En este Centro Penitenciario de Media y Alta Seguridad se encuentran más de 1.000 mujeres privadas de la libertad, viviendo en condiciones deplorables de sus derechos humanos y salubridad.
Según el informe de la Defensoría las condiciones de vida en este centro penitenciario son especialmente preocupante, ya que, estas mujeres enfrentan una serie de dificultades y vulnerabilidades que afectan gravemente su calidad de vida y su salud física y mental.
Puesto que, estas mujeres tienen un acceso limitado a servicios básicos como la atención médica, la educación y el trabajo. Muchas de ellas sufren de enfermedades crónicas y no reciben el tratamiento adecuado, lo que agrava su situación de salud. Asimismo, la falta de oportunidades de educación y trabajo dificulta su reintegración social una vez que salgan de la cárcel.
“Evidenciamos insuficiencia de medicamentos para los tratamientos de pacientes crónicas, no se realizan valoraciones médicas en proporción necesaria para el número de internas del Centro Penitenciarios, ni cirugías pendientes, incluso, algunas mujeres llevan esperando más de un año para poder recibir los procedimientos, esto por la falta de dragoneantes disponibles para el traslado de las internas a los centros médicos”, manifestó el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo.
Por otra parte, la cárcel de Jamundí carece de infraestructuras adecuadas para garantizar la higiene y la salubridad. Según el informe de la Defensoría del Pueblo, los servicios de agua potable y saneamiento son deficientes y la limpieza de las instalaciones es insuficiente. Esto genera un alto riesgo de enfermedades infecciosas.
“El abastecimiento de agua potable, solo llega una vez al día; gran parte de las baterías sanitarias se encuentran en mal estado; hay malos olores y vertimiento inadecuado de desechos orgánicos” señaló el director del ente de control
Estas condiciones de vida de las mujeres recluidas son alarmantes y exigen medidas urgentes por parte de las autoridades colombianas. Es necesario garantizar el acceso a servicios básicos de salud, educación y trabajo, así como proteger a estas mujeres y mejorar las condiciones de higiene y salubridad en la prisión. Además, es fundamental abordar el problema de la sobrepoblación carcelaria en Colombia, que es una de las principales causas de la precariedad de las condiciones de vida de las personas recluidas.
Ante la preocupante realidad la Defensoría del Pueblo hizo un llamado a las autoridades penitenciarias y carcelarias para garantizar los derechos de condiciones de vida digna para estas mujeres.
“Es evidente la grave vulneración de los derechos, por eso reitero mi llamado a las autoridades locales y a las autoridades penitenciarias y carcelarias a tomar las medidas necesarias para brindar condiciones de dignidad a esta población privada de la libertad, conforme a lo que establece la Corte Constitucional en cuenta al estado de cosas inconstitucional del Sistema Penitenciario y Carcelario en Colombia” fue lo que señaló Camargo
Por último, durante la visita, el ente de control brindo atención a 486 mujeres que necesitaban atención médica, odontológica, exámenes de laboratorio y medicamentos, al igual 540 recibieron atención psicosocial.
Defensoría del Pueblo alertó por la mala atención en salud de más mil mujeres privadas de la libertad en la cárcel de Jamundí. Algunas llevan esperando más de un año para recibir procedimientos médicos, además hay agua solo en algunos horarios y no es potable. #MañanasBLU pic.twitter.com/nTDh5pMKsX
— BLU Pacífico (@BLUPacifico) May 2, 2023