El mortal hecho sucedió en la zona rural del municipio de Inzá, al oriente del Cauca.


¡Están exterminando a los indígenas del Cauca! El mensaje no es producto de una mente alarmista, ni el titular de la prensa amarillista. Es una realidad que los actores armados al margen de ley están asesinando a los comuneros de esta zona del país.

En las últimas horas, y gracias a la denuncia hecha por organizaciones sociales y humanitarias de esta zona del país, se confirmó el asesinato del guardia indígena y docente Emmanuel Oca en medio de un hecho que se registró en San Andrés de Pisimbalámbalá, zona rural del municipio de Inzá, al oriente del Cauca.

“En Tierradentro, las voces se quiebran y los corazones laten con rabia y dolor. Hoy lloramos el asesinato de quienes fueron pilares de nuestra comunidad, de quienes nos enseñaron desde la humildad y el respeto, de quienes caminaron junto a nuestro pueblo como docentes y guardianes. Ellos, sembradores de saber y protectores de la vida, han sido arrebatados de nuestro lado en un acto vil y cobarde. Emanuel Oca, guardia y docente. Le quintan la vida en un acto cobarde y cruel. En el hecho su moto negra CB160 placas PSZ58F fue hurtada”, fue la denuncia de las comunidades de esta parte del país, las cuales ahora están en medio de la cruenta guerra entre los grupos armados al margen de la ley.

Sí, porque con este caso ya son tres  comuneros nasa ultimados con arma de fuego en el Cauca en menos de una semana. El pasado 31 de octubre fueron asesinados el sabedor ancestral y mayor indígena Gustavo Taquinás, de 66 años y su compañera sentimental, de 50 años, Evangelina Quiguanas Quebrada; hecho que se registró en el sector rural de El Tablón del municipio de Jambaló, al norte del departamento.

Todos estos casos, que se registra como una “gota a gota de sangre y dolor”, se enmarcan en el ambiente de violencia que se vive en el Cauca por la abierta confrontación entre las disidencias de las Farc, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional y el frente 57 Yair Bermúdez, organizaciones armadas ilegales que ahora tienen presencia en los municipios de Silvia, Totoró, Inzá y Páez-Belalcázar.

“Es un hecho que la población civil está poniendo los muertos de esta nueva guerra, uno no entiende qué está haciendo el gobierno y las fuerzas militares para cuidar los territorios, porque lo que uno ve es que son los actores armados los que dominan veredas y corregimientos del Cauca, de ahí que asesinan y asesinan líderes sociales, quedando todos estos casos en la impunidad”, denunció Darío Almendra, representante indígena del oriente del departamento.

Por eso, y como parte de su tarea de alertar sobre este macabro fenómeno, el Instituto para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, denunció que estos asesinatos se registran, a pesar de los llamados humanitarios que emite constantemente con el fin de que las autoridades competentes salvaguarden a las comunidades y sus líderes.    

“José Emmanuel Oca Cuspián era un reconocido líder social, guardia indígena, profesor, artesano y defensor de la vida en el territorio y la cultura nasa. Este representante comunero fue asesinado con arma de fuego a las 6:30 a.m. de este martes 5 de noviembre cuando se desplazaba para la vereda Lomitas cerca a la cabecera municipal”, informa Indepaz.

Paso seguido, la entidad humanitaria informa que ha emitido la AT 019/23 para líderes, lideresas y defensores de DD.HH. en las cuales señala el escenario de riesgo al que se enfrentan personas que se dedican a la defensa de los derechos humanos y el liderazgo social de manera individual o colectiva desde diversos ámbitos o sectores en el país. La imposición de normas y otras formas de control social por parte de los grupos armados significan un permanente riesgo de violación a los derechos de la población.

A pesar de esto, la violencia contra los representantes comunitarios e indígenas de esta parte de Colombia no se detiene, como lo que sucedió en Inzá, donde los pobladores nasas lloran la trágica partida de su guardia,  Emmanuel Oca.

“Este acto de violencia no solo nos arrebata personas queridas, sino que hiere el tejido mismo de nuestra cultura y nuestra historia. En cada paso que dieron, nuestros docentes y guardias nos enseñaron a defender la vida y el territorio, a proteger la esencia misma de nuestro ser. Su ausencia deja un vacío que nada podrá llenar, y su recuerdo nos obliga a alzar la voz con fuerza, desde la indignación y la impotencia”, agrega Darío Almendra al denunciar este caso.

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