Leonor González Mina dejó un legado eterno en la música folclórica del país, pues a través de su voz única, inmortalizó canciones que se convirtieron en símbolos de la identidad nacional, llevando al mundo la riqueza cultural afrocolombiana.


Leonor González Mina, conocida en el país como la Negra Grande de Colombia, deja un amplio e imborrable legado en la música folclórica de la nación. Su voz, potente y cargada de mucha energía, dio vida a canciones que se han convertido en verdaderos himnos. Esta recopilación revive las melodías que marcaron su trayectoria y el corazón de generaciones de colombianos

1. Yo me llamo Cumbia

Quizá la pieza es la más reconocida de su trabajo, Yo me llamo Cumbia, es una declaración de identidad musical.

En esta canción, Leonor le da voz al género que es símbolo de la diversidad colombiana, destacando su esencia alegre y festiva. Su interpretación, llena de fuerza, pasión y alegría, consolidó esta obra como un clásico que trasciende generaciones.

“La cumbia es parte de lo que somos; es una música que habla de nuestras raíces”, expresó la artista en una entrevista con Radio Nacional de Colombia.

 

 

 

 

 

  1. A la mina no voy

Esta canción es una potente denuncia social. Con una letra que refleja la lucha y el sufrimiento de las comunidades afrodescendientes, A la mina no voy es una declaración de resistencia.

 

Leonor interpretó este tema con una fuerza que transmitía tanto el dolor como la esperanza de su pueblo, reafirmando su compromiso con la visibilización de las problemáticas sociales a través de la música.

3. Mi Buenaventura

 

Leonor llevó al mundo el amor por Buenaventura, el puerto del Pacífico que simboliza la riqueza cultural afrocolombiana. Esta canción, llena de nostalgia y orgullo, exalta los paisajes, la gente y las tradiciones de esta región. “Mi Buenaventura” se convirtió en un homenaje a la tierra que tanto inspiró su obra y un recordatorio de la diversidad de Colombia.

4. Campesino de ciudad

Elaborada por Eduardo Cabas y Alfonso de la Espriella, Campesino de ciudad llevó a Leonor a ganar el primer lugar en la categoría de intérpretes del Festival de la OTI en el año de 1975.

 

La creación musical cuenta la transformación de las identidades rurales en contextos urbanos, un tema que llegó profundamente en una Colombia en constante evolución. Su versión, cargada de sensibilidad, fue una muestra de su habilidad para conectar con la experiencia humana más allá de las fronteras culturales y sociales.

5. El alegre pescador

El alegre pescador es una celebración de la vida en las costas del Pacífico. La interpretación de Leonor González Mina captura la alegría y el espíritu resiliente de las comunidades pesqueras.

Este tema se convirtió en un emblema del folclor colombiano, representando la conexión entre el arte y la vida cotidiana de las regiones que inspiraron su música.

 

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