El técnico Lorenzo cumplió por fin la tarea, pero se está a la espera de las correcciones para la Copa Mundo.
La tarea se debía hacer y por fin se hizo: la Selección Colombia confirmó su clasificación al Mundial 2026 tras golear 3-0 a la débil Bolivia en Barranquilla, en un partido que se iba complicando, pero que se resolvió a tiempo a fuerza de talento individual.
El partido en Barranquilla, la ovación a Dayro, las mini crisis que resolvió Camilo Vargas y la posible despedida de James Rodríguez en un solitario estadio Metropolitano quedarán en la memoria de los colombianos. Después de seis fechas sin poder ganar, finalmente llegó el día de vovler a bailar en el camerino y dar rienda suelta a la euforia. En eso somos expertos.
A pesar de todo, a la hora del análisis hay varios aspectos por destacar, pero también otros por solucionar. Hay tiempo. Ojalá haya también disposición, ambición y rigor para las correcciones porque lo que se viene en el mundial.
Triunfos que ilusionan a toda una nación
1. La ‘vieja guardia’ respondió
No fueron pocos los que protestaron enérgicamente al conocer la nómina inicialista de Colombia versus Bolivia: ¿otra vez los mismos con las mismas?, se preguntaban. Y sí.
Eran los mismos, pero no jugaron a lo de siempre y eso es mérito del DT: contra viento y marea defendió a todos los de la base del equipo finalista de Copa América y le respondieron a la altura. Vargas soportó la ventaja mínima, Santiago Arias fue el mejor en el primer tiempo y dio asistencia, Lerma y Ríos fueron firmes, James abrió el partido, Córdoba volvió al gol. Y desde el banco Quintero -por fin con minutos- resolvió todo cuando más oscuro se veía con asistencia y gol. Hasta Díaz, sin brillar, cumplió. Así es como se respalda a un director técnico que tiene la responsabilidad de responder a un país, más cuando se le exigen más a la seleccion que a los políticos.
2. El capitán y sus tres Mundiales
James, como el buen vino, llegará añejo, experimentado y certero a su tercer Mundial. Sería una especie de Pibe Valderrama para estas nuevas generaciones.
No importa si juega en el club que sea que le pague, que se ausente por temporadas para no poner en riesgo a la Selección, que defina públicamente sus prioridades.
Pero mucha atención que hay un detalle: la idea de Lorenzo de construir un equipo alrededor de James fue mutando a otra que puede resultar interesante: titular sí, pero con un suplente de lujo como JuanFer y con la disposición de salir de la cancha no cuando quiera sino cuando se le ordene, como este jueves 4 de septiembre en Barranquilla. Cuando dijo el jefe que no había indispensables, al parecer hablaba muy enserio.
3. Un baño de confianza
Después de tantos partidos sin victorias, de un DT en modo Disney justificando partidos horribles en la recta final de las Eliminatorias, lo que hacía falta era una goleada como la que se le propinó a Bolivia para darse un baño de confianza. Vendrán un trámite contra Venezuela y tres fechas FIFA antes de la competencia en Norteamérica. Algunos se perderán viajes porque se saben en el avión al Mundial, pero otros tendrán que jugarse la vida. Eso mejorará el nivel y sí, disparará la confianza.
4. Una nómina que resuelve todo
Es cierto que se le pide a Lorenzo más oportunidad y menos lealtad con los que han sid de su confianza desde hace años. Pero esta clasificación al Mundial le demuestra que no se equivoca pues, con Díaz antes que los demás, pero también con jame sy Arias y Ríos y hasta dayro tiene un fondo de armario casi envidiable. El fútbol es de los futbolistas… y los de Lorenzo son muy, muy buenos.
Los fantasmas de la clasificación al Mundial
1. Un buen entorno para Luis Díaz
Es un fenómeno que se presenta aún y no hay manera de construirle a Luis Díaz, el mejor hombre de la nómina tricolor por escándalo, un entorno que dispare sus condiciones y las desvirtúe. Contra el seleccionado de Bolivia, una vez más, se le vio falto de socios, ‘matándose’ contra la doble marca que le impusieron los visitantes y sin que nadie se le ofreciera con claridad para un pase, un descanso, nada. El poderoso Luis Díaz estaba solo. Después se quejan porque no suelta la pelota: ¿para qué? Es como si en la concentración nadie hablara su idioma: hay que correr, pensar y jugar a su ritmo, que es de élite. Así, simple.
2. La duda del 9
Es verdad que Córdoba volvió al gol, pero necesitó fallar al menos tres claras antes de que le entrara una al arco rival. A Luis Suárez ni los acaron del banco aunque por rendimieto era la mejor opción y el tono casi populista que ha ido tomando lo de Dayro Moreno y su regreso es una camisa de fuerza que, se ve, no le calza a Lorenzo. ¿Significa que si no se aconducta Durán no hay un 9 indiscutible? ¿También le vamos a endilgar a Lucho es problema?3. El caso Jhon Arias
Llega el minuto 60, el fatídico, y ya Jhon Arias sabe que dejará el campo (como James en su etapa final en Real Madrid, cuando le daba puños al camerino). No importa si juega bien o no, lo concreto es que el DT lo tiene fichado por su evidente molestia. Si se suma que en Colombia siempre va a jugar demasiado lejos de la zona de influencia, que se desperdicia de interior y parece más un niñero o un escolta que alguien influyente, la situación parece gris.
4. ¿Y el recambio?
El otro tema tiene que ver con Dyaro. Sí, difícil criticarlo a él, a su flow, a sus uñas pintadas, a su personaje. Pero cuando un jugador de 40 años te saca el puesto, ahí tienes una alarma. Colombia descartó a varios jugadores jóvenes, unas veces por rendimiento o carácter (Durán aplica en las dos), o por falta de confianza en nuevas opciones. Y así hemos ido perdiendo al propio Durán, a Neyser, a Puerta, a Yaser Asprilla, a Solís, a Óscar Perea… Y asi. EL trabajo dels eleccioandor, que es sembrar el talento del futuro, se está haciendo a medias.
5. Un equipo normalito, muy predecible.
Al final, la gran alarma es mu clara para el país: Colombia tiene un equipo muy bueno pero muy predecible. Es fácil recomendar una forma de jugar que parta de aguantar la arremetida la primera media hora y luego sorprenda con pases largos, precisos y a toda velocidad, pues saben que el equipo se agota rápido, que la intensidad casi raya en la inexistencia y que los puntos se les caerán del bolsillo sobre el final. Pasó demasiadas veces en la fase de las Eliminatorias. Allá el que no quiera ver, porque se le mostró que le falta mucho al combinado nacional.