Así fue como el gobierno de Gustavo Petro adelantó la celebración del día de los Derechos Humanos.



Un patio con golosas, juegos y fotos de niños y niñas colombianos y palestinos en medio de un tendedero de medias mojadas que escurrían sobre plantas, fue abierto en la Plaza de Bolívar, para poner en el centro de la protección a las niñas y niños de Colombia y Palestina y, con ello, conmemorar el Día Nacional de los Derechos Humanos y el DIH en Colombia.

Con esta propuesta escénica la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos y el DIH, se propuso, desde la dramática realidad del genocidio de Palestina, mostrar lo que pasa en nuestras regiones con los niños y niñas víctimas del reclutamiento forzado y la violencia sexual utilizados por la criminalidad armada.

La Consejera presidencial para los derechos humanos y el DIH Lourdes Castro García indicó que, “con este mensaje lo que queremos decir es que los niños son la esperanza de la humanidad. Defender sus derechos es defender los derechos de la humanidad. Los niños nos interpelan a todos y si no hay generaciones de la paz, no alcanzaremos la paz como humanidad. Tenemos que proteger sus derechos para que la paz sea posible”.

En el tendedero del patio de los derechos de los niños y las niñas en la Plaza de Bolívar se expusieron, guindadas, centenares de medias mojadas amarillas, azules, rojas, negras, blancas y verdes, los colores de las banderas de Colombia y Palestina simbolizando el rigor de la guerra y el sufrimiento de los niños. Los patios de las casas y parques públicos son entornos protectores donde juegan los niños y dónde más se sienten protegidos. Sin embargo, es algo que, bajo el sometimiento al genocidio, no existe ya en Palestina. 

“Las medias mojadas con el agua que fluye sobre las plantas son vida y nuestros niños son esa vida, el futuro de la humanidad. Por eso el agua de las medias mojadas cae para sembrar esas plantas, esos son los elementos en cuanto al tendedero”, subrayó la Consejera Castro.

En el centro del patio dispusieron de canastos con patillas abiertas, símbolo de la resistencia en Palestina, mientras que el maíz atraviesa todas las culturas americanas, símbolo de nacimiento y de vida.  “Los niños y niñas en Colombia y Palestina para desarrollar sus proyectos de vida deben vivir el derecho fundamental a jugar. Se necesita que los espacios públicos se recuperen para los juegos de la niñez y eso no solo nos compromete como Estado, sino como sociedad”, subrayó la Consejera Presidencial para los DDHH y el DIH. 

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