La ciudadanía le dijo “no” a cuatro iniciativas impulsadas por el presidente ecuatoriano en la jornada electoral de este domingo 16 de noviembre.


Este domingo 16 de noviembre, los ecuatorianos pusieron freno a la carrera electoral y reformista de Daniel Noboa, quien parecía imparable, y le dijeron no a las principales preguntas planteadas en referéndum y consulta popular.

Luego de escrutadas más del 95 por ciento de de las papeletas, Ecuador no buscará una nueva Constitución que sustituya a la aprobada en la primera época del líder izquierdistas Rafael Correa, ni tampoco readmitirá bases extranjeras, las dos grandes apuestas del actual mandatario, cercano a Donald Trump.

Tampoco se eliminará el financiamiento para organizaciones políticas ni se reducirá el número de asambleístas en ese país, aunque la distancia es más corta en la segunda pregunta. En definitiva, una verdadera derrota por todo lo alto para quien seis meses antes se impuso con comodidad en las elecciones presidenciales.

De acuerdo con el escrutinio al 90 por ciento, el 63,34% de los ecuatorianos no quieren que se inicie un proceso constituyente para cambiar la carta magna, frente al 38,66% que sí confió en la iniciativa planteada por Noboa, quien batió a la candidata correísta, Luisa González, en la segunda vuelta electoral de 2023 y en la primera y el balotaje de este año.

La misma suerte corrió la otra gran pregunta de las consultas: el 60,21% no cree conveniente que vuelvan las bases estadounidenses a la costa ecuatoriana, pese a la cercanía demostrada por Washington, que incluso envió a su secretaria de Seguridad, Kristi Noem, a visitar posibles lugares para levantar esas bases. Al contrario de lo que sucediera en Argentina, la cercanía con Washington en materia de seguridad y los acuerdos sobre aranceles no han atraído los votos esperados para el sí.

La negativa popular a dar su consentimiento a las otras dos preguntas explica en parte los motivos de esta derrota presidencial, aunque los resultados se fueron acercando a lo largo del escrutinio. El 57,36% de los ecuatorianos se negaron a que los partidos políticos se queden sin fondos públicos y el 52,73%, a que se reduzca su número de representantes en el Parlamento.

«Gran triunfo de todo un pueblo. Fue una campaña absolutamente ciudadana y sin recursos. Recordar el paro indígena y los caídos: de ellos es gran parte de esta hermosa victoria», se congratuló desde el exterior el expresidente Rafael Correa, prófugo de la justicia ecuatoriana y con una sentencia sin cumplir de ocho años de cárcel por corrupción.

Todo ello apunta a Daniel Noboa como el gran perdedor en ese país, pero tampoco deja claro quiénes son los ganadores en esta contienda democrática. La campaña del correísmo fue balbuceante, sabedor en el fondo que la apertura de un proceso constituyente abría posibilidades que no tienen ahora con su debilidad parlamentaria.

«El No es la respuesta de una ciudadanía cansada, golpeada por la inseguridad y por una calidad de vida que se deteriora. Es un voto de hartazgo, no de regreso», explicó el analista Matías Abad.

«Es una realidad de que el correísmo no puede atribuirse la autoría del triunfo del No, en el caso de que la tendencia se mantenga con el conteo. Se están subiendo en la camioneta del triunfo cuando en realidad les convenía tener una Constituyente. En el no hubo un rechazo al autoritarismo, soberbia y prepotencia de de Daniel Noboa», expresó el analista Martín Pallares.

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