La defensora del pueblo, Iris Marín, reaccionó al anuncio con un mensaje claro: el alivio existe, pero la preocupación persiste y recordó lo ocurrido hace un año, cuando un anuncio similar no evitó que, meses después, se registraran nuevos ataques.


El reciente anuncio del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de declarar un cese al fuego unilateral durante la época navideña abrió un nuevo escenario en el ya complejo contexto del conflicto armado en Colombia. La decisión, que la guerrilla presentó como un “gesto de paz”, fue recibida con prudencia por diversas voces institucionales, entre ellas la defensora del pueblo, Iris Marín, quien manifestó una sensación compartida de alivio, pero también de inquietud frente a la situación.

Según lo informado, el cese al fuego estará vigente desde las 00:00 horas del 24 de diciembre hasta las 00:00 horas del 3 de enero de 2026 y contempla la suspensión de acciones militares ofensivas contra la fuerza pública. No obstante, el anuncio se produce tras una semana marcada por hechos violentos, hostigamientos y un paro armado que impactó a varias zonas del país.

ELN anunció cese al fuego por Navidad como “gesto de paz”

En el comunicado divulgado, el ELN afirmó que la medida busca transmitir un mensaje de tranquilidad a la población durante las festividades de fin de año. La organización armada aseguró que el respeto por la población civil hace parte del compromiso asumido, aunque no detalló mecanismos de verificación ni precisó el alcance de la decisión frente a otros actores armados ilegales.

Este tipo de anuncios no es inédito. En años anteriores, el ELN ha decretado ceses temporales en fechas especiales, lo que suele generar esperanza en comunidades que habitan territorios históricamente afectados por la violencia, pero también escepticismo frente a su cumplimiento. La defensora del pueblo, Iris Marín, reaccionó al anuncio con un mensaje directo: existe alivio, pero la preocupación sigue latente. En su declaración recordó que, pese a compromisos similares en el pasado, las comunidades han continuado sufriendo graves afectaciones.

“Recibimos este mensaje con algo de alivio, pero también con mucha angustia”, expresó Marín, al advertir que las acciones recientes del ELN han causado daños persistentes a la población civil. Desde la Defensoría del Pueblo se reiteró que un acto coherente con un verdadero mensaje de paz sería la liberación de las personas que aún permanecen secuestradas, una práctica ampliamente rechazada por la sociedad colombiana.

Asimismo, la defensora enfatizó que el cese de hostilidades debería abarcar también los enfrentamientos que el ELN sostiene con otros grupos armados ilegales, ya que estos choques continúan generando desplazamientos, confinamientos y serios riesgos humanitarios para las comunidades.

El recuerdo de ceses anteriores y la alerta por regiones como el Catatumbo

Marín también recordó lo ocurrido hace un año, cuando un anuncio similar no impidió que, tiempo después, se produjeran nuevos ataques contra la población civil. Como ejemplo, mencionó la situación en el Catatumbo, donde la confrontación armada derivó en lo que calificó como el desplazamiento masivo más grande de la historia reciente del país.

Ese antecedente refuerza la postura de quienes sostienen que este tipo de anuncios deben estar respaldados por acciones concretas, verificables y sostenidas en el tiempo. Para las comunidades afectadas, la verdadera señal de paz no se limita a un comunicado, sino a la posibilidad real de vivir las festividades sin temor, sin confinamientos y sin amenazas.

“Saludamos el anuncio, pero pedimos más”, concluyó Marín, dejando en claro que la expectativa tanto de la institucionalidad como de la ciudadanía es que este cese al fuego se traduzca en una protección efectiva de la población civil, más allá de una fecha en el calendario.

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