Estas comunidades también marchan en la capital del Valle para que el gobierno implementa ya la sustitución gradual y voluntaria de los cultivos de uso ilícito.


Cinco mil campesinos que se ganan la vida con los cultivos de uso ilícito de Cali y Nariño se movilizan ahora en Cali porque consideran que el presidente Gustavo Petro no les cumplió a la hora de tumbar el decreto que regula el uso de sustancias químicas a la hora de las fumigaciones así como la implementación de las alternativas para dejar atrás las plantaciones de coca, marihuana y amapola.

Por eso lo citaron este jueves 12 de diciembre en Jamundí, Valle, para que atendiera el reclamo del campesinado, pero no llegó, por eso optaron por movilizarse en 85 chivas para la Sucursal del Cielo para volverlo a citar en esta ciudad para que dé una respuesta a estas exigencias.

«Buscamos que el gobierno y el congreso tumbe el decreto que regula las fumigaciones controladas en nuestros territorios porque eso continúa afectando a estas familias campesinas, que solo están con estos cultivos porque es la única opción económica en los territorios del Cauca y Nariño, no es porque quieren, es porque no tiene otra forma de conseguir la comida», expresa William Orozco, uno de los líderes de esta masiva movilización.

Por eso, y si el jefe de Estado no llega a Cali para dialogar directamente, entonces este campesinado se movilizará hacia la ciudad de Bogotá para respaldar los cerca de 18 líderes que trabajarán con funcionarios de alto gobierno en los diferentes acuerdos que el Estado adquirió con la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca Amapola y Marihuana en pasadas movilizaciones.

«Se acordaron varios temas como la inversión de nuestros territorios, subsidios para implementar la sustitución voluntaria y gradual de los cultivos de uso ilícito y otros acuerdos que si no hay compromisos de cumplirlos, pues la orden es tomarnos las vías del suroccidente del país, también de hacer un el llamado para otros compañeros del país se sumen a estas movilizaciones», agregó William Orozco.

En medio de esta actividad de protesta, los campesinos de esta parte del país reiteraron su postura de que no son narcotraficantes, ni delincuentes. No. Campesinos que deben vivir de lo que puedan sembrar en sus territorios, muchos de ellos históricos olvidados por los gobiernos nacionales.

«La Coccam del Suroccidente reafirma sus principios constitutivos; Somos un amplio escenario de diálogo, concertación y coordinación para proponer alternativas desde los territorios que resuelvan de fondo la situación de los cultivadores de coca, amapola y marihuana en el país, esa fue nuestra razón para organizarnos y eso lo conservamos aún», indicó por su parte Camilo Cienfuegos, campesino del departamento de Nariño.

De ahí que el gobierno nacional debe suspender de inmediato las acciones violentas, represivas y desesperadas de erradicación que buscan disminuir el área de siembra de cultivos, teniendo en cuenta que estas no resuelven de fondo la situación de miles de familias campesinas que han recurrido a esta actividad porque no existen más alternativas de desarrollo económico en los territorios, somos víctimas del abandono estatal que durante décadas ha imperado en las regiones.

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