El Ejército adelanta una operación de detonación controlada de 24 con explosivos abandonados en zona urbana de Tunja. El presidente Petro señaló que los artefactos tenían como objetivo atentar contra las instalaciones del batallón Simón Bolívar.



Una jornada de tensión se registró este sábado 8 de noviembre en la ciudad de  Tunja tras dos hechos que encendieron las alarmas de seguridad: una explosión controlada dentro del Batallón Simón Bolívar y el hallazgo de una volqueta abandonada con objetos sospechosos en el cercano barrio Prados de Alcalá.

De acuerdo con la Policía Metropolitana de Tunja, se trata de dos casos distintos, aunque inicialmente se pensó que estaban relacionados por la cercanía entre los puntos. Ambos sucesos movilizaron a las autoridades y obligaron a evacuar a decenas de residentes.

La primera alerta se activó en horas de la mañana, cuando vecinos de Prados de Alcalá reportaron la presencia de una volqueta estacionada de forma inusual en esa parte de Tunja.

Al observar una carga sospechosa, alertaron a la Policía, que desplegó un operativo de seguridad, acordonó la zona y pidió a la comunidad mantener la calma mientras los técnicos antiexplosivos inspeccionaban el vehículo.

De acuerdo con medios regionales, mientras las autoridades realizaban la detonación controlada de varios tatucos hallados en la volqueta abandonada, se reportó una fuerte explosión dentro del Batallón Simón Bolívar, lo que incrementó la tensión y la alarma en Tunja.

En redes sociales comenzó a circular un video de cámaras de seguridad que muestra el momento en que varios individuos dejan la volqueta en una calle del barrio Prados de Alcalá.

Las autoridades analizan estas imágenes como parte de la investigación para identificar a los responsables y determinar si el vehículo está relacionado con el atentado ocurrido dentro del Batallón Simón Bolívar.

Paralelamente, dentro del Batallón Simón Bolívar se registró una fuerte explosión, que según información confirmada por las autoridades de esa ciudad, habría sido provocada por la caída de un explosivo derivado de la volqueta.

Aunque en un inicio se habló de una detonación controlada, las autoridades precisaron que no se trató de una acción preventiva, sino de un ataque que ahora es investigado.

Hasta el momento, no se ha precisado el tipo de material manejado, aunque ambulancias ingresaron al lugar para reforzar la atención y según reportes de centro médicos, cercanos al epicentro, se reporta una mujer herida.

La situación provocó momentos de angustia entre los habitantes, que escucharon el estallido y temieron que estuviera relacionado con la volqueta abandonada. La confirmación de que se trata de dos operaciones independientes trajo algo de calma, pero la ciudad se mantiene en máxima alerta.

“Estamos verificando ambos eventos con nuestros equipos de inteligencia y antiexplosivos. La prioridad es proteger a la ciudadanía”, indicó una fuente policial consultada por este medio.

La Policía Metropolitana de Tunja, junto con el Ejército Nacional y organismos de socorro, continúa presente en los dos puntos para garantizar la seguridad y descartar cualquier nueva amenaza.

El presidente Gustavo Petro confirmó a través de su cuenta en X que las autoridades neutralizaron un atentado que pretendía ejecutarse contra las instalaciones militares.

Según el mandatario de los colombianos, tanto la población civil como el personal militar fueron evacuados a tiempo, y no se registraron víctimas mortales. Petro aseguró también que este hecho refuerza la necesidad de no bajar la guardia frente al narcotráfico y de continuar golpeando sus estructuras financieras y logísticas.

Las reacciones políticas no se hicieron esperar tras los hechos ocurridos en Tunja. El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, calificó lo sucedido como un “ataque terrorista contra el Batallón Simón Bolívar” y aseguró que el país “ha vuelto a los años más oscuros”, responsabilizando al Gobierno nacional por su política de “Paz Total”, a la que tildó de fallida.

Por su parte, el congresista boyacense Héctor Chaparro rechazó de manera categórica los ataques, señalando que “Boyacá es una tierra de paz y su gente merece vivir libre del temor y la violencia”, al tiempo que pidió a las autoridades actuar con rapidez y contundencia para garantizar la seguridad y restablecer la tranquilidad en la región.

Comentarios en Facebook