Dos Patrulleros fueron enviados a la cárcel por extorsionar a comerciante con delito falso
Después de un extenso proceso judicial, el sistema de justicia en Colombia emitió un veredicto de culpabilidad sentenciando a dos oficiales de patrulla de la Policía Nacional a una pena de nueve años y nueve meses de prisión. Estos oficiales habrían acusado injustamente a un ciudadano de crímenes que no cometió y posteriormente le habrían solicitado dinero para evitar la ejecución de una orden de arresto aparentemente falsa en su contra.
Los hechos ocurrieron hace 4 años en las instalaciones de un hotel ubicado al occidente de la capital de Antioquia, lugar al que los uniformados llegaron para supuestamente detener a un hombre por el delito de trata de personas y a quien le exigieron la suma de un millón de pesos para no llevar a cabo la supuesta orden de detención.
Ante esta presión, la víctima de extorsión se vio obligada por los policías a pasarles 500 mil pesos, los cuales fueron camuflados en dos vasos que esta persona había sacado de las instalaciones del lugar donde se estaba hospedando.
El presunto acto de corrupción fue descubierto gracias a una investigación del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), que inició un proceso de investigación en el que se analizaron bases de datos dentro del sistema judicial, análisis que logró demostrar que el hombre, hasta ese momento, no contaba con ninguna anotación ni requerimiento judicial.
Por estos actos irregulares ocurridos en 2019, un juez del circuito penal decidió condenar a los patrulleros John Edilson López Hurtado, de 35 años, y Luis Anderson Pineda Hincapié, de 36 años, a más de 9 años de prisión por el delito de concusión agravada, lo que quiere decir que utilizaron su cargo para ejercer abuso de autoridad sobre un ciudadano particular y lucrarse de ello.
Estos hechos de corrupción dejan en evidencia como esta ha permeado todas las instituciones del país a tal punto de manchar el nombre de una de las instituciones del Estado que deberían tener mayor prestigio y credibilidad. Sin embargo, este hecho también es ejemplo de que muchas veces la justicia tarda, pero llega.