Autoridades llegaron hasta el sitio y en una rápida acción evitaron que los antisociales cumplieran con su objetivo.


La seguridad del Banco de la República de Santa Marta logró proteger el dinero de la nación de cuatro antisociales que arribaron en la noche de este miércoles 1 de octubre dispuestos a llevarse un multimillonario botín.

El plan de ellos parecía perfecto, exitoso: utilizar cuatro carros de la empresa de valores Brinks para llegar hasta la puerta del banco, presentarse como trabajadores de la misma al portar los uniformes de la compañía y acceder a las bóvedas donde está el dinero que habitualmente es enviado a bancos y cajeros de la ciudad.

Pero el operativo criminal les falló. La llegada de ellos, hacia las 8:00 de la noche, se desarrolló sin contratiempo, por lo menos al momento del ingreso a las instalaciones bancarias.

Sin embargo, una vez estuvieron adentro, las alertas de seguridad se activaron y la Policía de inmediato rodeó las instalaciones, ubicadas en el centro histórico de la ciudad.

Atrapados dentro del banco, al mejor estilo de las películas de los Estados Unidos, inició una negociación entre la Policía y los asaltantes. La petición de la Policía era una sola: que dejaran a un lado sus fusiles y salieran con las manos arriba.

El lugar de inmediato se llenó de curiosos que buscaban información sobre lo que ocurría y quienes advertían de lo insólito del intento de robo.

«Yo venía a hacer una diligencia cuando me encontré con esto. La zona está llena, ahí está la Policía», contó un hombre en un video que compartió por redes sociales.

Las conversaciones, que duraron más de una hora, no dieron resultados por sí, lo que llevó a la Policía a forzar la puerta y entrar armados a las 9:55 de la noche.

Sin que se disparara una sola bala, los cuatro asaltantes fueron sometidos y retirados del banco, mientras afuera, decenas de personas los abucheaban por lo realizado.

Por lo pronto es materia de investigación cómo estas personas accedieron a cuatro vehículos marcados con los logos de la compañía Brinks y a uniformes de esta misma.

Además, se calcula que planeaban llevarse una millonaria cifra, pues todo apunta a que cada delincuente se iba a llevar una alta cantidad de dinero en cada vehículo.

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