La Revista Semana fue la que informó como este oficial fue denunciado ante las autoridades competentes porque al parecer favoreció a un presunto narco para que regresara a la libertad.



Informes de inteligencia y documentos militares en poder del equipo periodístico de la revista privada Semana vinculan al brigadier general Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Cauca, Cecau, con presuntos actos de corrupción y relaciones con estructuras criminales.

Los hechos, que llegaron a la Fiscalía Especializada contra el Narcotráfico de la ciudad de Popayán, fue denunciado por un oficial del Ejército que relató los hechos bajo juramento como este señor oficial al parecer se puso al lado del crimen. De acuerdo con su versión, en el corregimiento de El Plateado, municipio de Argelia, integrantes de la compañía Centurión capturaron a un sujeto con 4,5 kilos de pasta base de coca.

El aprehendido fue trasladado en helicóptero a la Ciudad Blanca para su judicialización, pero, según el denunciante, el general Mejía ordenó por teléfono regresarlo al punto de captura y dejarlo en libertad, incluso con el material incautado, es decir, el oficial al parecer favoreció al presunto delincuente.

La denuncia, conocida por los periodistas de la revista Semana, establece que el Cecau coordinó con la División de Asalto Aéreo (Davaa), que estaba en Cali, el traslado en helicóptero de regreso a la vereda El Diamante, donde el hombre fue dejado en libertad

El documento, de siete páginas, incluye fotografías que muestran la captura, el traslado y la liberación del detenido, en unas de las zonas más golpeadas por la violencia que esperan honradez de las instituciones.

En un informe del pasado 19 de octubre, el general Mejía justificó su decisión alegando que buscaba evitar una asonada de unas 200 personas contra los integrantes del Ejército que estaban en la zona, donde aún la guerra causa estragos entre la comunidad.

De acuerdo con Semana, existen además informes de contrainteligencia militar —conocidos como “misión de trabajo Delfos 135”— que cuestionan las actuaciones de general Mejía cuando era coronel y comandante de la Brigada 22 en el Guaviare. Los reportes advierten sobre una pérdida de confianza y posibles vínculos con las disidencias de las Farc de alias Iván Mordisco, aspecto que ponen en duda el trabajo de los militares en las regiones.

En esos informes establecen que Mejía habría concentrado operaciones militares contra un solo frente de ese grupo armado, mientras evitaba acciones contra otras estructuras delincuenciales, y se mencionan presuntas irregularidades relacionadas con el control de la extracción de madera.

A pesar de esto, el general Mejía, ascendido pese a las advertencias internas del mismo Ejército,, vuelve a estar en el centro de la polémica. Semana reveló que la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia abrió una indagación en su contra por la presunta comisión del delito de concierto para delinquir por sus presuntos nexos con grupos al margen de la ley.

Además, militares bajo su mando son investigados por presuntos pactos con la Segunda Marquetalia durante la operación Perseo, la cual aún se desarrolla en la denominada región del Micay.

Además de esto, en videos obtenidos por la revista de la capital del país se observa a uniformados patrullando junto a civiles armados en Ortega, Cajibío, Cauca, una escena que recuerda los tiempos en que las autodefensas actuaban con respaldo militar, pero esta vez se vivió en este municipio del sur del país.

Frente a esto, el general Mejía negó categóricamente las acusaciones. “Mi trayectoria operacional se ha caracterizado por acciones ofensivas sostenidas contra estructuras del narcotráfico y las disidencias”, respondió a ese medio de comunicación. En cuanto al permiso de armas otorgado al contratista Rojas, aseguró que ese trámite corresponde exclusivamente a la Séptima Brigada y a la Jefatura de Control y Comercio de Armas.

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