El fundador del Centro Democrático busca tener otra vez el poder político de Colombia, de acuerdo con él, «para salvar el país».
Tomás Uribe, hijo del poderoso expresidente y fundador del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, emitió un contundente comunicado a la opinión pública en el que advierte una supuesta maniobra política para sacarlo del camino electoral de cara a los comicios presidenciales de 2026.
Es importante señalar que, el exmandatario se enfrenta en menos de dos semanas a la decisión de la jueza Sandra Heredia dé a conocer el sentido del fallo en el proceso penal contra el expresidente por los delitos de manipulación de testigos y fraude procesal, como quedó confirmado durante el juicio oral.
“El proceso contra mi padre no es jurídico, es político. Es un cálculo electoral para impedir que una figura clave de la oposición democrática pueda participar en la contienda del año 2026”, expresó Uribe Moreno en el documento.
Para Uribe Moreno, el objetivo sería impedir la eventual participación del expresidente Uribe como fórmula vicepresidencial en una coalición opositora, buscando volver a tomar el poder en representación de los sectores terratenientes y empresariales del país, es decir, la denominada gente de bien.
En el texto conocido, el hijo del expresidente Uribe, señala directamente al ministro de Justicia, Eduardo Montealegre —exfiscal general durante el mandato de Santos— y al senador Iván Cepeda, a quienes acusa de ser los artífices de una persecución contra el expresidente, aunque la justicia vela por los derechos fundamentales del exmandantario.
“Ambos jugaron un papel central en la entrega del país a las Farc y ahora buscan asegurar que Uribe quede fuera del tablero político”, insistió Tomás Uribe.
El proceso judicial que enfrenta el exmandatario, por presunta manipulación de testigos, ha sido uno de los más sonados en la historia del país. Tras más de dos meses de audiencias, el proceso llegó a su fin la semana pasada, con la Fiscalía solicitando su absolución de los tres delitos imputados.
Tomás Uribe cuestionó la solidez del caso, señalando que más de 60 testigos negaron haber tenido algún vínculo con el expresidente o haber recibido ofrecimientos de su defensa.
Asimismo, acusó al testigo principal, Juan Guillermo Monsalve, de haber presentado una grabación editada desde un “reloj espía”, lo cual —según el comunicado— fue confirmado por un perito de la propia Fiscalía. Monsalve fue desmentido, además, por su padre y hermano bajo juramento, añade el texto.
Una de las piezas centrales del caso es una interceptación telefónica realizada en 2018, durante el gobierno de Santos.
Según la familia Uribe, esa llamada no solo fue obtenida de manera irregular, sino que ocurrió un mes después de la supuesta oferta de soborno, lo cual —afirman— descartaría que Álvaro Uribe haya ordenado algún acto ilegal.
“El gobierno Petro y el santismo buscan dejarlo fuera antes de 2026, sabiendo que su presencia como vicepresidente podría ser decisiva para derrotarlos en las urnas”, establece el comunicado que compartió Tomás Uribe.
Aunque no es la primera vez que se plantea un eventual regreso del expresidente a la arena electoral —el abogado Abelardo De la Espriella ha promovido esa posibilidad públicamente—, el tema genera división incluso dentro de su propio partido, donde hay varios poderosos políticos derechistas que buscan salvar el país, como lo han manifestado públicamente. Mientras algunos sectores contemplan la vicepresidencia como una opción, otros sugieren que podría encabezar la lista al Senado.
Por su parte, Álvaro Uribe ha insistido en que el proceso judicial ha estado motivado por intereses políticos. “Este juicio ha sido inducido por el actual gobierno y por su senador más representativo”, declaró recientemente, en alusión directa al congresista Iván Cepeda.
Hay que mencionar que, la decisión final sobre el proceso judicial contra el expresidente Uribe se conocerá el próximo 28 de julio de 2025.