Las comunidades ancestrales de esta parte del oriente del Cauca enfrentan duros momentos tras la erupción de los volcanes Puracé y Curiquinga.
La comunidad del resguardo de Paletará, ubicado en la zona rural de Puracé, Cauca, reporta la muerte de varias vacas y muchas más están con fiebre debido a la caída de cenizas de los volcanes Puracé y Curiquinga.
El equipo de periodistas se desplazó al lugar de los hechos y constató la magnitud de la emergencia: decenas de vacas enfermas comiendo pasto contaminado con ceniza, agua en las mismas condiciones, y cultivos quemados por la ceniza y las heladas.
Aunque la comunidad hace lo posible por ayudarlas, los esfuerzos no son suficientes, y se teme que la muerte de ganado aumente en las próximas horas.
Los comuneros aseguran que el ganado está siendo gravemente afectado por las emisiones volcánicas y piden atención urgente de las autoridades.
“Estamos en el corazón de la zona de influencia y esto pone en riesgo nuestra salud y nuestra economía”, afirmaron líderes locales de la zona al exponer que las autoridades de esta comunidad, junto con la guardia, entregaron este miércoles 22 de enero agua a las familias afectadas por esta emergencia.
Las cenizas también podrían tener impactos en la salud humana y en los cultivos de la región.
El Servicio Geológico Colombiano monitorea de cerca la actividad de los volcanes. Mientras tanto, las comunidades permanecen en máxima alerta.
Esta emergencia se registra en las veredas Río Negro, Mirador, La Josefina, Campoalegre, donde ya son más de tres reses y varias mascotas, gatos, que fallecen por la acumulación de ceniza y azufre, estas poblaciones integran el resguardo de Paletará, el más afectado por el fenómeno natural, el cual se registra desde la noche del pasado domingo 19 de enero.