La información fue confirmada por funcionarios estadounidenses, quienes solicitaron no ser identificados.
Estados Unidos adelanta la intercepción y confiscación de un buque sancionado en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela, confirmaron este sábado 20 de diciembre a medios de comunicación tres funcionarios estadounidenses que hablaron bajo condición de anonimato.
De acuerdo con las fuentes, la operación se desarrolla en mar abierto y estaría a cargo de la Guardia Costera de Estados Unidos, aunque no se ha revelado la ubicación exacta. Tampoco se entregaron detalles sobre la identidad de la embarcación ni sobre la tripulación a bordo, precisó la prensa internacional.
Esta sería la segunda acción de este tipo en las últimas semanas, luego de que el pasado 10 de diciembre Washington incautara un petrolero previamente sancionado, en el marco del fortalecimiento de las medidas de control sobre el tráfico marítimo vinculado a Venezuela.
La operación se da tras la reciente orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un “bloqueo total y completo” a todos los petroleros sancionados que entren o salgan del país suramericano, como parte del endurecimiento de las sanciones económicas y de las acciones contra lo que Washington considera actividades ilícitas en el comercio de crudo.
Según las fuentes, las responsabilidades operativas recaen principalmente en la Guardia Costera, con el apoyo de otras agencias federales. Entretanto, tanto el Pentágono como la Casa Blanca remitieron las solicitudes de comentarios oficiales sin ofrecer mayores detalles sobre la operación en curso.
Sobre este panorama, el consultor ambiental y energético y exgerente de Planificación Financiera de Petróleos de Venezuela, Gilberto Murillo, analizó las posibles repercusiones directas para los ciudadanos venezolanos. En ese espacio, recordó que el país entró en un proceso de hiperinflación hace cerca de ocho años, asociado a la escasez de divisas derivada de la caída de los ingresos petroleros.
Analistas y fuentes citadas por periodistas económicos han advertido en días recientes que las operaciones marítimas y las restricciones contra buques sancionados podrían intensificarse, especialmente después de la primera incautación de este tipo registrada en más de seis años.
La acción ocurre en medio de un clima de creciente tensión entre Washington y Caracas, mientras el gobierno venezolano ha denunciado estas medidas como parte de una estrategia de presión orientada a golpear sus principales fuentes de ingresos petroleros.

