Ejército habría comprado calcetines o medias para soldados sin cumplir con registro sanitario. Corrupción por $ 1.800 millones
Cuando todavía los colombianos no se reponen de la compra, por parte del ejército nacional, de 52 visores nocturnos que sólo sirven para prácticas deportivas y no militares por cerca de un millón de dólares, este martes 3 de agosto la capacidad de asombro del país volvió a estar a prueba por cuenta de “ posibles actos de corrupción” en las compras de la institución.
Caracol Radio publicó una investigación en la que se demuestra que el año pasado el ejército compró 300 mil pares de calcetines avaluados en más de 1.800 millones de pesos, prendas que se compraron sin el registro sanitario que exige el Invima desde finales del 2019.
Para entender las supuestas irregularidades, es necesario aclarar que son calcetines especiales para el trabajo de militares y policías en zonas de extrema humedad, como en las selvas y zonas tropicales del país.
Los materiales incluyen un antibacterial elaborado con nanotecnología de cobre que protege los pies de bacterias, hongos e infecciones cuando los uniformados deben caminar largos trayectos en regiones de mucha lluvia o de humedad y altas temperaturas.
Entre los años 2013 y 2014, se realizaron pruebas clínicas en Colombia de este producto y mostró una efectividad entre el 80 y 90 por ciento, así lo dieron a conocer los reportes en esos años el Hospital Militar de Medellín y la Dirección de Sanidad de la Policía.
En diciembre de 2019, una comisión del Invima estableció que las prendas con composición de cobre y plata, así como declaraciones de uso tales como eliminación de olor causado por hongos y bacterias, usos postquirúrgicos y beneficiosas para la cicatrización son consideradas dispositivos médicos.
“Por lo tanto para la fabricación, importación, comercialización, distribución y uso en el territorio colombiano, estos dispositivos deben contar con registro sanitario vigente, y se deberá allegar la evidencia científica que soporte dichas indicaciones de uso”, indicó la comisión.
Cuando ya existía ese concepto del Invima, en abril del 2020 la Dirección de Adquisiciones del Ejército compró 304.726 pares de calcetines a la empresa Inversiones Derca S.A.S, por un valor superior a los 1.800 millones de pesos.
Luis Humberto Guidales, de la Veeduría Nacional Anticorrupción, aseguró en Caracol Radio que no se habrían cumplido todos los requisitos legales, porque la Subdirección de Normas Técnicas del Ministerio de Defensa habría cambiado las reglas de juego al decir que el componente antibacterial ya no era indispensable, sin contar con ningún ensayo clínico.
“Creemos que hay un hecho de corrupción grave, en el cual se estaría direccionando un contrato. En 2020 ya se requería registro sanitario, pero la subdirección de Normas Técnicas dijo que se necesitaba era un producto solo para el mal olor y le da una directriz a la Dirección de Adquisiciones del Ejército a que compre sin el registro sanitario”, dijo Guidales.
En una carta del 7 de abril de 2020, seis días antes de la compra de los calcetines, el entonces subdirector de Normas Técnicas del Ministerio de Defensa, el coronel (r) Hernando Narváez Fierro, explicaba al jefe del Comando de Adquisiciones del Ejército, coronel Joselin Vargas Zarate, que la norma técnica A2 del calcetín estaba en proceso de actualización, pero que, no obstante, seguía vigente para ser utilizada por las Fuerzas Militares y la Policía Nacional.
Y menciona: “Así mismo se comunicó que mencionada norma técnica actualmente no solicita registro sanitario ya que este producto no se adquiere como un dispositivo médico y tiene como objeto vestir y proteger de la bota de combate a los uniformados”, dice el funcionario sin tener con un estudio médico que lo soporte y dejando a un lado el concepto del Invima, que decía todo lo contrario.
Entonces, a finales de 2020, meses después de la compra, se formaliza la primera actualización de la norma técnica que pasa a ser la A3. “Lo que hacen es condicionar la compra. Aseguran que por medio de concepto médico especialista y de las Direcciones de Sanidad se podrían adquirir estos elementos de protección.
Entonces, ¿imagínese tener 530 mil solicitudes de prescripciones médicas? ¡Es un absurdo!”, dijo el veedor Guidales.
Ya en junio de 2021, por medio de una errata, sale una nueva actualización de la A3, eliminando esa condicional, pero la Dirección de Normas Técnicas mantiene su posición en que el calcetín con esa tecnología no sirve, al considerar que sólo es una prenda de vestir común, aunque no muestra ningún estudio para probarlo.
De hecho, antes de la última actualización, el actual subdirector de Normas Técnicas del Ministerio, Alejandro Espinosa Otero, le había solicitado a la Sanidad del Ejército un concepto sobre si el calcetín con antibacterial puede ser suministrado a soldados y policías como material de intendencia o dotación sin prescripción médica, porque “persistían algunas dudas de índole, técnico, jurídico y financiero” del producto.
Sin embargo, la Dirección de Sanidad Militar no sabe cómo responder a ese requerimiento y un mes después le contesta: “se requiere de los diferentes estudios de investigación realizados al elemento, con el fin de verificar su viabilidad en una mesa de trabajo con equipo interdisciplinario de salud”.
Por su parte, la Dirección de Sanidad de la Policía, contrario a lo que dice Normas Técnicas del Ministerio, ratifica que los calcetines con nanotecnología de cobre son una alternativa útil para disminuir riesgos de mal olor y de presencia de lesiones de hongos.
Además, indicó en esa carta enviada también al actual subdirector de Normas Técnicas del Ministerio, Alejandro Espinosa Otero, en marzo de 2021, que el calcetín no requiere formulación médica y su uso debe ser considerado como elemento de intendencia o dotación, especialmente para grupos operativos.
“Entonces vienen con engaño tras engaño para tratar de tapar una embarrada de un contrato en el año 2020”, dijo el veedor Guidales, quien dijo en Caracol Radio que eliminar el antibacterial de los calcetines, es una medida regresiva y vulnera el principio de progresividad de los derechos que tienen los militares y policías de Colombia, en especial el derecho a la salud, seguridad social y trabajo digno del personal uniformado.
En las actualizaciones de esa normativa, el Ministerio citó siete empresas que habrían participado de estos cambios. De ellas, tres no contestaron, una prefirió no pronunciarse públicamente, otra dice que está evaluando los documentos y dos reconocieron en Caracol Radio que no participaron de la elaboración de esa norma técnica A3.
Al contrario, están en desacuerdo, porque dicen que, si se elimina el cobre del calcetín, se vuelve común, poniendo en riesgo la salud en los pies de los soldados y policías. Incluso, cuestionan que sus nombres aparezcan en un documento público del que no hicieron parte.
Una de estas fue Cobre Piesano S.A.S. Su representante legal, José Luis Pinto Rosas, manifestó a Caracol Radio su sorpresa. “Nunca se nos informó que estaban actualizando la norma donde le estaban retirando la composición antibacterial al calcetín. Fue una sorpresa para nosotros”, señaló.
Por su parte, el representante legal de Inversiones Sarhem de Colombia S.A.S., Miguel Ortega, dijo que interpondrá una queja ante el Ministerio de Defensa y también indicó que eliminar la protección del cobre del calcetín es un retroceso.
“Puede uno aducir que fue un error de transcripción que debe ser corregido. Pero si alguien suplantó nuestro nombre, vamos a pedir las explicaciones a Normas Técnicas del Ministerio de Defensa para saber por qué aparece nuestro nombre en un documento en el cual no participamos”, señaló.