¿JUGADA MAESTRA? Óscar Iván Zuluaga donó sus bienes a su esposa el día que le imputaron cargos .
La «jugadita» de Zuluaga, de acuerdo con expertos, consiste en que en el momento que acepte el cargo por enriquecimiento ilícito debería devolver de inmediato el 50% del usufructo del delito, pero al tener sus bienes a nombre de su esposa no habrá nada que entregar.
Óscar Iván Zuluaga, excandidato presidencial e imputado, al igual que su jefe «el señor de la finca», resultó igual a otros corruptos que esconden sus bienes para no tener que entregarlos a la justicia.
Por el cargo de enriquecimiento ilícito, el excandidato presidencial del Centro Democrático tendría que pagar parte del usufructo, así que se anticipó a donarle varios de sus bienes a su esposa.
Su «apego» a lo material lo llevó, horas después de la imputación de cargos por los delitos de enriquecimiento ilícito, falsedad en documento privado y fraude procesal durante su campaña presidencial de 2014, a traspasar a su esposa, en calidad de donación, tres propiedades avaluadas en miles de millones de pesos. La «jugadita», muy al estilo de los militantes del Centro Democrático, se llevó a cabo en la notaria 75 de la capital del país.
Una investigación del diario El Tiempo descubrió que tras la no aceptación de cargos del excandidato presidencial del uribismo por el ingreso de 1,6 millones de dólares de la multinacional Odebrecht, este ha ido preparando su defensa jurídica, así como la protección de sus propiedades que presuntamente habría adquirido con dineros ilícitos y con los recursos de la reposición de votos de la campaña «empañada» por corrupción.
La jugada maestra de Zuluaga consiste, de acuerdo con expertos, en que en el momento que acepte el cargo por enriquecimiento ilícito debería devolver de inmediato el 50% del usufructo del delito, pero al tener sus bienes a nombre de su esposa no habrá nada que entregar.
La estrategia de OIZ pretende demostrar que el dinero de Odebrecht fue utilizado para pagar los servicios del publicista José Cavalcanti de Mendonça («Duda» Mendonça) y que él no quedó con nada ni lo usó en nada personal.
Sin embargo, la Fiscalía acusa la campaña a la presidencia de Zuluaga de acceder a ese giro, con lo que pudo continuar en el proceso electoral y gracias a eso pudo también acceder a la millonaria reposición de votos que alcanzó la astronómica cifra de 25.000 millones de pesos, dinero que en últimas fue producto de fraudes y engaños cometidos a conciencia.
Ahora se entiende por qué cuando la jueza del caso le advirtió que ni él ni su entorno podían enajenar bienes y que si aceptaba ese cargo debía devolver de inmediato el 50% del usufructo del delito él respondió, «No acepto los cargos».
«En la notaría 75 de Bogotá, aparece donando a su esposa, Martha Ligia Martínez, una casa de 126 metros cuadrados en el condominio campestre Alto de Marianita, en Pensilvania (Caldas). La casa fue adquirida en 1993 por Zuluaga a la compañía Agropecuaria Betania S.A. por 23 millones de pesos de la época. Ese mismo día, en esa misma notaría, bajo la figura de «nuda propiedad» (concepto según el cual una persona tiene derecho sobre una propiedad sin hacer uso de la misma), Zuluaga también le donó a su esposa su participación en dos bienes más», indica la investigación de El Tiempo. También pasó a manos de su esposa «una bodega en el parque industrial Puerto Central, cerca a la zona franca de Bogotá. La bodega fue comprada en mayo de 2021 por la madre de Zuluaga y 8 tíos del excandidato. La negociación se hizo por 2.100 millones de pesos y casi dos años después, en diciembre de 2022, su madre donó su porcentaje a él y a sus 3 hermanos».
De igual forma, otra propiedad que recibió en donación la esposa de Zuluaga, fue un apartamento en el Rincón del Chicó, norte de Bogotá. Este fue comprado también por la madre de Zuluaga. Y, en diciembre de 2022, la madre del excandidato donó la propiedad de 264 metros cuadrados —avaluado en papeles en 558 millones de pesos— a sus tres hijos, incluido Óscar Iván. Este le cedió su parte a su esposa en la misma notaría el mismo día, en una rápida, ágil y secreta movida.
El camino que le queda ahora al vergonzante excandidato es negociar con la Fiscalía para salir del delito de enriquecimiento ilícito que le imputaron y por el que tendría la más alta sentencia. También podría negociar los otros delitos: falsedad en documento privado y fraude procesal.
Este será un proceso exprés, con pocas probabilidades de cárcel física, y la final de cuentas las propiedades adquiridas en dudosas maniobras quedaran en su propia familia.