Este mismo escenario ya se planteó con Sinwar en el comienzo de la confrontación, pero no funcionó la oferta de una salida segura al líder de los islamistas.


Las familias de los secuestrados acusan desde hace varias meses a Benjamín Netanyahu de no dar prioridad a la liberación de sus seres queridos, pero las movilizaciones semanales no hacen cambiar de opinión a un primer ministro que apuesta por el uso máximo del poder militar de Israel en todos los frentes.

Luego de un largo tiempo sin contactos, la muerte en combate de Yahya Sinwar, líder del grupo terrorista Hamás, reactivó el proceso de negociación indirecta y se han puesto varias para lograr acuerdos sobre la mesa.

Ninguna convence a un Netanyahu quien, según medios de comunicación europeos, habría ordenado a sus mediadores ofrecer a los captores «varios millones de dólares» por la liberación de cada secuestrado, además de una «salida segura» para ellos y sus familias.

Bajo este mismo escenario ya se planteó con Sinwar en el comienzo de la guerra, pero no funcionó la oferta de una salida segura al líder de los islamistas a cambio de los cautivos.

Hasta el momento, el Hamás se mantiene firme en sus exigencias de un alto el fuego definitivo y la retirada de las fuerzas enemigas de sus territorios para aceptar el intercambio de cautivos por presos palestinos.

Las familias estiman que quedan 101 rehenes en Gaza, de ellos al menos la mitad habrían muerto, según la inteligencia israelí. En el otro lado, Netanyahu también se mantiene firme en su decisión de no aceptar bajo ningún concepto un acuerdo que le obligue a detener la confrontación, aunque el precio a pagar sea la vida de los cautivos.

Las negociaciones en Cairo y Doha se desarrollan a la sombra de las elecciones de EE.UU., que en estos trece meses sido incapaz de desbloquear la situación. Netanyahu ha tenido siempre la última palabra, sin problemas para cruzar líneas rojas marcadas por Joe Biden, como fue la operación contra Rafah. Ahora está a punto de cumplirse el ultimátum de Biden para que Israel incremente el nivel de asistencia humanitaria o se arriesgue a posibles restricciones en la financiación militar y los israelíes están muy lejos de cumplirlo. EE.UU. pidió a Netanyahu que permitiera la entrada de 350 camiones con alimentos y medicinas, pero según los últimos datos de Unrwa apenas entraron 30 camiones de media por día durante el mes de octubre.

Además del bloqueo medieval y autoritario que sufre Gaza, Israel es especialmente brutal con sus operaciones en la zona norte, donde por segundo día consecutivo atacó el hospital de Kamal Adwan, en Beit Lahia.

Los bombardeos en la Franja dejaron al menos 54 muertos durante una jornada en la que un grupo de activistas gazatíes se movilizó a través de las redes sociales «contra los comerciantes traidores y los monopolistas».

Estos activistas lanzaron un mensaje para pedir a la población que «no acuda a los mercados durante 3 días consecutivos hasta que los productos se vendan a precios razonables».

Comentarios en Facebook