El Gobierno de Venezuela aseguró este martes 19 de agosto que las “amenazas” de Estados Unidos revelan su “falta de credibilidad” y ponen en riesgo la “paz y estabilidad” de toda la región.


Estados Unidos reforzó su presencia militar en el Caribe cerca de Venezuela con el despliegue de tres buques y más de 4.000 militares, en una operación destinada a frenar el flujo de drogas hacia su territorio.

Karoline Leavitt, la portavoz de la Casa Blanca, informó este martes 19 de agosto que el país está preparado para «usar todo su poder» y llevar ante la Justicia a los responsables del narcotráfico, aunque Leavitt no habría confirmado ni desmentido el despliegue de tropas.

Durante una rueda de prensa, Leavitt reiteró que la Administración estadounidense considera al régimen de Nicolás Maduro como «un cartel del narcotráfico» más y no un Gobierno legítimo o democrático, y calificó a Maduro como un líder fugitivo acusado en Estados Unidos de tráfico de drogas.

El despliegue incluye medios como un submarino nuclear, aviones de reconocimiento P8 Poseidon, varios destructores y un barco de guerra equipado con misiles.

De acuerdo con fuentes de la Defensa citadas por la prensa privada internacional, la operación tiene como objetivo combatir a los carteles de drogas y reforzar la presencia militar estadounidense en la región.

De ahí que el Gobierno de Cuba calificó esta acción militar como parte de una «agenda corrupta» del secretario de Estado, Marco Rubio, y pidió que se respete la zona como un espacio de paz entre las naciones latinoamericanas.

En el plano de las competencias militares, hace unos meses el secretario de Defensa, Pete Hegseth, amplió la interpretación de las funciones del Ejército de Estados Unidos para incluir misiones como sellar fronteras, repeler invasiones, combatir el tráfico de drogas y el contrabando de personas, entre otras actividades delictivas.

Por su parte, Venezuela criticó el despliegue estadounidense, señalando que las amenazas ponen en riesgo la «paz y estabilidad» de toda la región, incluida la Zona de Paz declarada por la CELAC, que busca promover la soberanía y la cooperación entre los pueblos latinoamericanos.

Un funcionario del Departamento de Defensa que los recursos militares se han asignado a la región para apoyar las iniciativas antinarcóticos, más cuando detectaron el alto flujo de cocaína desde Venezuela.

 El funcionario, quien no estaba autorizado a comentar sobre la planificación militar, afirmó que los buques se desplegarían «en el transcurso de varios meses».

El despliegue de destructores y personal estadounidense se produce en un momento en que Trump ha impulsado el uso del Ejército estadounidense para frustrar a los cárteles, a los que culpa del flujo de fentanilo y otras drogas ilícitas a las comunidades estadounidenses y de perpetuar la violencia en algunas ciudades estadounidenses.

Donald Trump también ha presionado a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, para que coopere más en seguridad que su predecesora, específicamente para ser más agresiva en la persecución de los cárteles mexicanos y delincuentes de ese país que se dedican al tráfico de drogas.  

Sin embargo, Sheinbaum ha trazado una línea clara en lo que respecta a la soberanía de México, rechazando las sugerencias de Trump y otros sobre la intervención del Ejército estadounidense.

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