Las jóvenes fueron víctimas de una organización narcotraficante peruana, tras la perdida de un cargamento de cocaína.



El hallazgo de los cuerpos sin vida de Morena Verri, Brenda del Castillo y Lara Gutiérrez, de 15, 20 y 21 años de edad, respectivamente, reveló un crimen marcado por la brutalidad y la violencia extrema, causando indignación en Argentina y la latinoamericana, provocando que diversos grupos sociales busquen justicia para las tres jóvenes asesinadas.

De acuerdo con la principal hipótesis de los investigadores, las mujeres habrían sido víctimas de una venganza vinculada a una organización de narcotraficantes peruanos, luego de que una de ellas fuera acusada de quedarse con un alijo de cocaína, de acuerdo con fuentes policiales, Lara, la menor de las tres, fue la que recibió el ataque más fuerte, sus asesinos le amputaron los dedos de una mano y una oreja antes de degollarla.

Mientras tanto Brenda fue torturada con puntazos en el cuello, golpeada en el rostro y finalmente asesinada de un golpe que le provocó un aplastamiento facial; después, su abdomen fue abierto. 

En tanto, Morena también fue golpeada en el rostro y finalmente estrangulada tras sufrir una golpiza, la pista del ajuste de cuentas entre narcotraficante surgió a partir de la confesión de una de las dos mujeres detenidas en un hotel alojamiento de Florencio Varela. 

En su declaración informal ante los funcionarios de Policía, la acusada señaló a un narco peruano y a su organización como responsables directos de la masacre, aunque reconoció haber estado presente durante el triple crimen en una vivienda del barrio Villa Vatteone, en la esquina de Jachal y Chañar.

Los investigadores establecieron que los asesinatos ocurrieron entre 90 y 96 horas antes del hallazgo, es decir, la madrugada del 20 de septiembre, entre las 3 y las 6, unas horas después de que las víctimas fueran vistas por última vez en la rotonda de La Tablada, partido de La Matanza.

La investigación permitió reconstruir los últimos movimientos de las jóvenes, pues la noche del viernes, alrededor de las 21:30 h, Brenda, Morena y Lara subieron a una camioneta  blanca, cámaras de seguridad captaron a las tres en la intersección de Crovara y El Tiburón, y la señal del celular de Lara volvió a activarse a las 23:14 en una antena del barrio Santa Rosa, en Florencio Varela.

Con esos datos, agentes de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Matanza detuvieron a dos sospechosos en el lugar donde se detectó la señal del teléfono más tarde, el vehículo utilizado en el secuestro fue localizado, aunque se confirmó que circulaba con una patente duplicada.

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