¡Ni con lavado gástrico, policías, podrán borrar la vergüenza de la indigestión corrupta producto de una extorsión!


Otro vergonzoso caso de «presunta corrupción» empaña de nuevo a la Policía de Colombia.

En las últimas horas dos policías fueron detenidos por las autoridades por extorsionar a un comerciante, tras lo cual, en un intento desesperado por ocultar la evidencia y evitar que se les confiscara el dinero, uno de los oficiales se tragó los billetes que recibieron de la víctima.

El hecho ocurrió en Soacha, Cundinamarca.

«Yo no tengo nada. No he recibido nada. No sé de qué me están hablando.», se escucha decir con difícil respiración al policía que —literalmente— se «tragó el  cuerpo del delito» representado en 500 mil pesos colombianos producto de una extorsión.

En ese momento su rostro muestra un gesto de malestar, por lo que tocaron su garganta: «¿Se le siente? Toca llevarlos al hospital para ver si le hacen el lavado», se escucha en la grabación. 

En las imágenes se observa cómo, desde una patrulla, se complica su digestión por el dinero atascado en su garganta mientras continúa negando haber recibido la suma de dinero. El bochornoso episodio quedó registrado en un video que rápidamente se difundió por redes sociales.

La extorsión

Los dos uniformados involucrados en este hecho de corrupción llevaban tiempo extorsionando a un comerciante, quien en el pasado había sido vinculado a una investigación sobre delito sexual.

Los uniformados le pidieron inicialmente 2 millones de pesos, pero la familia de la víctima solo pudo reunir un millón. La víctima denunció que los agentes lo llevaron a una estación de Policía de manera ilegal, donde lo tuvieron detenido durante dos horas hasta que aceptó desembolsarles 500 mil semanalmente.

Agentes de la Sijín le hicieron seguimiento al caso y capturaron a los dos uniformados en flagrancia. Fue así como quedó registrado en video el momento de la captura y la forma en que uno de los extorsionistas ingería los billetes mientras tenía puesto un pasamontañas.

Este caso, lejos de ser «anecdótico», confirma que la corrupción ha permeado todos los niveles de la sociedad y las instituciones colombianas.

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