La investigación apunta a un hombre con amplio historial criminal y un oscuro pasado judicial.
El asesinato de Iryna Zarutska, una joven ciudadana ucraniana de 23 años de edad que buscaba un futuro en los Estados Unidos, ha generado conmoción no solo en la ciudad de Charlotte, Carolina del Norte, sino también en distintas partes del planeta.
El hecho despertó preocupación entre las comunidades migrantes y abrió un debate sobre la seguridad en el transporte público. La joven fue atacada mortalmente la noche del 22 de agosto mientras viajaba en la línea azul del sistema de tren urbano.
De acuerdo con el Departamento de Policía de Charlotte-Mecklenburg (CMPD), la víctima fue apuñalada de forma repentina por un hombre identificado como Decarlos Brown Jr., de 34 años, quien fue arrestado en el lugar y enfrenta cargos por asesinato en primer grado. El presunto agresor compareció ante la Corte del condado de Mecklenburg y quedó detenido sin derecho a fianza.
El asesinato sucedió en un vagón en el que no había personal de seguridad al momento del ataque, situación que ha reactivado discusiones en la ciudad sobre la protección de los pasajeros en los sistemas de transporte operados por Charlotte Area Transit System, Cats.
Mientras tanto, las autoridades informaron que Iryna Zarutska subió al tren en un sector concurrido del sur de Charlotte, cerca de Camden Road y las avenidas East y West Boulevard. Minutos después, se sentó frente a Brown, quien no contaba con un boleto válido para el recorrido.
Según el reporte policial, “aproximadamente cuatro minutos después de que ambos subieran, el sospechoso extrajo inesperadamente un cuchillo de bolsillo y apuñaló a la víctima en el cuello”.
Los registros oficiales establecen que no hubo interacción previa entre la joven y su atacante, ni un motivo aparente para la agresión. Testigos pidieron auxilio de inmediato y alertaron al personal de Cats que se encontraba en otro vagón. Sin embargo, cuando los primeros oficiales llegaron al lugar, declararon a Zarutska sin vida.
El sospechoso intentó abandonar la formación, pero fue interceptado tras ser identificado por pasajeros y empleados del sistema. Presentaba una herida en la mano y fue trasladado a un hospital antes de ingresar en la cárcel del condado. En imágenes difundidas por las autoridades se observa cómo Brown dejó rastros de sangre en el piso mientras abandonaba el vagón.
Los registros de la corte de Mecklenburg muestran que Decarlos Brown Jr. no era un desconocido para la justicia. El hombre acumula al menos 14 causas previas, entre ellas robo con arma peligrosa, allanamiento y una condena que lo llevó a cumplir seis años de prisión por delitos cometidos entre 2013 y 2014.
Más recientemente, en enero de este año, había sido detenido por uso indebido del sistema de emergencias 911, un caso en el que también se solicitó una evaluación de su estado de salud mental.
Esa situación volvió a plantearse en la audiencia del 29 de agosto, cuando la jueza determinó que, dada la violencia del crimen y el historial del acusado, permaneciera en prisión sin derecho a fianza y se le realizara una nueva evaluación de competencia mental.
La investigación por el asesinato de Zarutska continúa en curso, mientras CMPD y CATS mantienen abiertos sus canales para recibir información que pueda aportar a la causa.