Se espera que con esta clase de informes las autoridades mejoren las estrategias de seguridad para proteger a la población civil.
El Valle del Cauca encabeza la lista de departamentos con más masacres en lo corrido de este 2025, de acuerdo con cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz.
El informe confirma diez masacres ocurridas entre enero y julio, en nueve municipios distintos, que dejaron 31 personas asesinadas.
La violencia, según Indepaz, está directamente relacionada con la fuerte presencia de grupos armados ilegales y bandas locales, como son las disidencias de las Farc.
Entre ellos se encuentran el Frente Jaime Martínez, el Frente 57, el Frente de Andán Izquierdo, la Segunda Marquetalia y el ELN.
A estos se suman organizaciones delictivas como la Inmaculada, Los Flacos y la Nueva Generación, todas con operaciones activas en diferentes zonas del departamento del Valle.
La combinación de estos actores armados, que prestan seguridad a economías ilegales como el narcotráfico, intensificó las formas de victimización.
Las comunidades no solo enfrentan masacres, sino también desplazamientos forzados, amenazas y control territorial violento.
De los municipios impactados, Jamundí es uno de los más golpeados por esta modalidad delictiva.
En esa zona se registraron dos masacres, una de ellas con el uso de artefactos explosivos en una vía del corregimiento de Guachinte.
En Cali, Buenaventura, Buga, Pradera, Tuluá, Riofrío, Candelaria y Cartago también se han producido asesinatos múltiples, afectando tanto a zonas urbanas como rurales.
La masacre más reciente ocurrió el 10 de julio en el municipio de Cartago, en el norte del departamento del Valle.
Tres personas fueron asesinadas dentro de un establecimiento público por hombres armados, un patrón que se repite en varios de los casos.
Las cifras del informe revelan que la mayoría de las víctimas son hombres (27), aunque también se registró el asesinato de una mujer, una menor de edad y tres personas sin identificar.
El informe de Indepaz advierte que esta escalada de violencia en el Valle del Cauca requiere una respuesta urgente del Estado.
Se demanda una estrategia integral que combine la presencia institucional, la inversión social y medidas efectivas de seguridad para proteger a la población civil.
Indepaz insiste en que no se trata solo de números, sino de una crisis humanitaria que pone en riesgo a miles de personas.
Cada masacre deja una secuela de miedo, desplazamiento y descomposición social en las comunidades, denunciaron líderes sociales.