Veintinueve años después Jaime Saade, asesino de Nancy Mestre, por fin pagará por su crimen.
El 31 de diciembre de 1993 la familia de Nancy Mariana Mestre Vargas celebraba como todos los demás la llegada del año nuevo. Todo fue alegría hasta la madrugada del 1 de enero de 1994: ese inicio de año marcaría sus vidas para siempre.
Pasada la media noche, Nancy Mestre le pidió permiso a su padre, Martin Mestre, para salir con su pretendiente Jaime Saade , permiso que fue otorgado con la condición de volver antes de las 3:00 am, pero ella no regresó.
A las 6:00 am don Martin despertó y confirmó que su hija no estaba en casa. De inmediato se fue hacia la vivienda de los padres de Jaime Saade, donde asegura que encontró a la madre de Saade limpiando sangre del piso.
La mujer le indicó que Nancy Mestre había sufrido un accidente y se encontraba en la Clínica del Caribe, en donde le indicaron que Nancy había intentado suicidarse y estaba en coma.
Ocho días después de lo ocurrido Nancy falleció; sin embargo, varios sucesos no cuadraban para don Martín, ya que su hija fue trasladada a la clínica desnuda y envuelta en una sábana.
El informe de la Policía determinó que la joven no había podido suicidarse ya que su muerte se registró luego de recibir un disparo en el costado derecho de su cabeza. No obstante, los rastros de pólvora encontrados en Nancy estaban en la mano izquierda; además, el cuerpo presentaba síntomas de maltrato y restos de piel en las uñas.
En 1996, dos años después del asesinato, la justicia colombiana condenó en ausencia a Jaime Saade a 27 años de prisión por la violación y asesinato de Nancy Mestre.
Sin embargo, el hombre había salido del país desde el 1 de enero de 1994, misma fecha en que ocurrió el asesinato de la joven. En 2020, 26 años después del homicidio, un hombre identificó a Jaime Saade en un cartel de la INTERPOL, quien se había radicado en Brasil, país al que ingresó con documentos falsos y donde se hacía conocer como Enrique Dossantos Abdalá.
Ahí trabajó durante varios años como médico, se casó con una brasileña y tuvo dos hijos. Gracias a las huellas dactilares que Saade dejó en un vaso luego de departir tragos en un bar de Brasil, la justicia brasileña logró verificar su identidad y capturarlo.
Durante 26 años don Martín no dejó de buscar un sólo día al asesino de su hija, movió cielo y tierra y dedicó todos estos años a dar con el paradero de Jaime Saade. Publicó fotos, contó la historia de su hija y rogó para que quien lo viera lo denunciara.
Luego de su captura, la Corte Suprema de Brasil autorizó la extradición del colombiano quien fue condenado en ausencia a 27 años de cárcel en 1996 por violar y asesinar a su novia, Nancy Mestre.
Sin embargo en septiembre de 2020 la votación para determinar la decisión había terminado en empate, por lo que los familiares de la joven tuvieron que esperar tres años más para saber si finalmente el autor del homicidio pagaría su condena en Colombia.
Entonces se hizo el milagro: este miércoles 19 de abril de 2023, un día después de que el Tribunal Supremo de Brasil firmara la extradición de Jaime Saade Cormane —condenado a 27 años de prisión por la violación y muerte de Nancy Mariana Mestre Vargas en hechos ocurridos en Barranquilla en enero de 1994—, la unidad de la Policía Nacional de Colombia agregada en este territorio inició la diligencia para establecer con las autoridades locales el plan para traer de vuelta al asesino.
De acuerdo con el fallo, Saade será entregado a las autoridades colombianas para que cumpla la pena que fue impuesta por el asesinato de la joven: Luego de que arribe al país, la justicia de Colombia deberá descontar el tiempo que ya estuvo en prisión en Brasil.
Es de recordar que este asesino hoy permanece en libertad, pues luego de su detención en enero de 2020 en la ciudad de Belo Horizonte gracias a una circular roja de la INTERPOL (expedida desde 1998), un togado del Juzgado Federal de Sección de Minas Gerais concedió un permiso de liberación luego de que la justicia brasilera fallara en 2021, en primera instancia, no conceder la extradición.
A pesar de estar en libertad, las autoridades en Brasil no le perdieron la pista, teniendo en cuenta que había ingresado al país con una identificación falsa.