Capturados dos disidentes de las Farc en Cauca y la tensión en Tibú, Norte de Santander.


Mientras en Tibú, Norte de Santander, la delegación del gobierno nacional y los líderes de las disidencias de las Farc discutían sobre la forma cómo se instalaría la mesa de diálogo; en el Cauca se adelantaron acciones judiciales y militares contra este grupo armado al margen de la ley. 

Por eso, y durante el pasado sábado 7 de octubre, efectivos del Ejército y de la Policía llegaron hasta los municipios de Suárez y La Vega para capturar a dos presuntos cabecillas de esta organización armada, operativos que sin lugar a dudas se convirtieron en una de las causas de la tensión que se vivió en esa localidad del nororiente del país.   

Primero se conoció cómo efectivos de la Sijín subían a un helicóptero a alias Jacho, luego de su aprehensión en la localidad de Suárez, en cumplimiento a una orden judicial, ya que es señalado de comandar las milicias de la Jaime Martínez de las Farc en esta parte del norte del departamento.

«Era la persona que adelantaba labores de inteligencia a la fuerza pública para así dar dicha información a los alzados en armas, facilitando así la ejecución de operativos y atentados con explosivos», explicaron los funcionarios de este grupo policial. 

Después, y cuando este presunto disidente era detenido por la fuerza pública, efectivos del Ejército y el CTI de la Fiscalía llegaban hasta la vereda Dominical, zona rural de La Vega, para capturar a alias Milton y su compañera sentimental, ya que son investigados por liderar la facción de la Carlos Patiño de las Farc que busca controlar militarmente los municipios del Macizo Colombiano.   

De acuerdo con la versión del mismo Ejército, la operación se desarrolló en una vivienda que sería utilizada por el presunto delincuente como depósito de armamento y municiones, esto en el marco del avance del frente Carlos Patiño en esta parte del sur del departamento. 

Por eso en el lugar, los soldados e investigadores hallaron tres fusiles, dos pistolas traumáticas, un revólver, 25 proveedores, más de 1.000 cartuchos de diferentes calibres, diez uniformes de uso privativo de las Fuerzas Militares, así como material de intendencia como equipos de campaña, chalecos y cintelas.

Luego de tener en su poder a los dos aprehendidos y este material de guerra, los integrantes de la fuerza pública los sacaron vía aérea para después ser llevados a Popayán, Cauca, donde posteriormente fueron presentados ante un juez de control de garantías. Este último determinó enviarlos a la cárcel por considerarlos un peligro para la comunidad. 

A raíz de estas acciones operacionales, y al ver que las mismas no solo se ejecutaban en el departamento sino en otras zonas del país, la comisión de diálogo de las disidencias de las Farc emitió un comunicado de prensa donde tildaban al gobierno de Gustavo Petro y sus funcionarios de guerreristas, para después dejar claro que sí asistirían a Tibú para demostrar que sí estaban comprometidos con la Paz Total. 

«Estos operativos son la mejor muestra de que el gobierno, su ministro de defensa y hasta la vicepresidenta Francia Márquez dicen en público una cosa mientras detrás de cámaras ordenan las acciones militares contra nuestra organización, por eso la tensión que se vivió en Tibú, donde les tocó prácticamente a las comunidades obligar al comisionado de paz comprometerse a suspenderlas como un requisito para la instalación de la mesa y la implementación del cese al fuego bilateral», expresaron integrantes de las disidencias, explicando la razón de esas capturas.  

Y a pesar de que es oficial la suspensión de las acciones militares por parte de ambos bandos en el territorio nacional, es real que en el ambiente aún reina la desconfianza que existe entre las partes, especialmente en departamentos como el Cauca donde la guerra es un tema que las comunidades deben enfrentar día a día. 

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