Gobierno Nacional denunciará penalmente a los directivos de Ultra Air por estafa.


El ministro de Transporte de Colombia, Guillermo Reyes, confirmó este lunes 10 de abril que procederá con una denuncia penal por estafa agravada y masiva en contra de los directivos de Ultra Air, aerolínea de bajo costo que cesó sus actividades en marzo del 2023.

El funcionario del gobierno del Cambio señaló además que en la segunda semana de abril presentará todas las pruebas que se recolectaron por la venta de más de 300.000 tiquetes por parte de la Ultra Air, a pesar que posiblemente se sabía de antemano que iban a cesar la operación por crisis financiera.

“En el transcurso de esta semana interpondremos las denuncias penales contra directivas y Junta Directiva de Ultra. Tenemos el soporte probatorio de estafa agravada masiva. Una pirámide”, señaló el ministro de Transporte, Guillermo Reyes.

El jefe de esa cartera mencionó también que la acción penal está no solo enfocada en mostrar a las personas naturales como los más perjudicados con estas prácticas, sino a las agencias de viajes que tienen cientos de reclamaciones por los vuelos cancelados, sobre todo, los que se habían adquirido para la Semana Santa.

Hay que recordar que la Fiscalía abrirá investigación a las personas y empresas socias, a los integrantes de la Junta Directiva, de la alta gerencia de Ultra Air, por una presunta estafa.

De esta forma, Carlos Ríos, como socio; David Bojanini, presidente de la Junta Directiva, y William Shaw, CEO de la compañía, estarán bajo la lupa del ente acusador, el cual los investigará porque la aerolínea horas antes de anunciar su quiebra y la suspensión de actividades en el país, el 29 de marzo, seguían vendiendo tiquetes.

A partir de información publicada por La República, medio que conoció la noticia el 8 de abril, la aerolínea, en menos de un año y únicamente con cinco aviones vendió más de 300.000 tiquetes a un valor promedio de 80 dólares, sin tener la infraestructura para garantizar la prestación del servicio. Además, tiene una deuda de ocho millones de dólares con Bancolombia y cuentas por pagar de 14 millones.

El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, el 30 de marzo, luego de que la aerolínea cancelara sus operaciones en Colombia, anunció que investigará tanto al presidente y a los miembros de la Junta Directiva de Ultra Air.

También al presidente de la compañía, por el delito de estafa, que el equipo técnico estudia si se configuró o no, pues, según el funcionario, la aerolínea “ya tenía cerca de 377.000 tiquetes vendidos” para el resto de 2023 y los primeros meses de 2024.

El domingo 9 de abril, uno de los directivo de Ultra Air, David Bojanini, quien se desempeñó como presidente de la Junta Directiva, rompió su silencio a través de un comunicado a la opinión pública, y señaló que no se había pronunciado para no “hacerle juego” a quienes buscan “desinformar”.

“Muchos me han preguntado el porqué de mi silencio público, en medio de distorsiones y verdades a medias que circulan a partir de mi rol como ex directivo y miembro de junta de empresas relevantes para el país. He pensado que no tiene sentido hacer juego a quienes utilizan la desinformación y el desprestigio para conseguir sus fines económicos y políticos”, dijo Bojanini en una primera parte del texto.

También resaltó que no es cierto que tenga algún interés económico con lo que está pasando con la aerolínea, pues no es socio o inversionista de la empresa.

“Debo,sin embargo,referirme a la información publicada por algunos medios-cuyo enfoque e intereses son conocidos sobre mi papel como miembro de Junta en Ultra Air, para afirmar con toda claridad que no he sido inversionista, ni socio de esta empresa. Para más señales, tampoco he tenido honorarios como miembro de Junta Directiva. Acepté la invitación a participar en su Junta con el único deseo de contribuir a la creación de una nueva empresa enfocada en el modelo de bajo costo en la industria de las aerolíneas”, enfatizó el directivo de Ultra Air.

A pesar de explicar por qué se habría dado el cese de actividades, no explicó por qué, aun sabiendo de un posible cese de actividades, en dicho momento, no dejaron de vender tiquetes; ni tampoco explicó qué pasó con el dinero de más de 300.000 vuelos ya pagados por los ciudadanos.

“Es claro el impacto negativo que ha sufrido este mercado,a causa de factores como la devaluación del peso colombiano y la abrupta subida del costo de los combustibles. Como consecuencia de ello se produjo el cese de actividades, pese a esfuerzos por salvar la operación tales como la búsqueda de nuevos inversionistas y de financiación crediticia para, además, generar la menor afectación posible a los pasajeros”.

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