La cara oculta del progreso: La lucha de un empresario caleño contra la expropiación y el desplazamiento en nombre del desarrollo urbano


Empresario de Cali enfrenta expropiación para la construcción de un gran complejo de apartamentos en el centro de Cali. Hoy Noticias denuncia.

El 17 de junio de 2021 marcó el comienzo de una nueva batalla para Don Pedro, quien decidimos nombrar así por seguridad: empresario caleño que tras décadas de arduo trabajo vio cómo su empresa, que alguna vez empleó a más de 30 personas, comenzaba a desmoronarse. La pandemia del 2020, que golpeó duramente la economía mundial, había dejado cicatrices profundas en su negocio. La crisis económica derivada del distanciamiento social fue solo el primer golpe; el segundo, más devastador, llegaría poco después cuando su propiedad fue declarada de interés público para un ambicioso proyecto de renovación urbana en el centro de Cali.

Don Pedro fundó su empresa en 1996 con apenas un torno, un taladro y un soldador. Desde sus humildes inicios soñaba con expandirse y adquirir la maquinaria necesaria para el conformado metálico. Con el tiempo, ese sueño se hizo realidad y su empresa se especializó en la fabricación de maquinaria agrícola, abasteciendo a los grandes ingenios azucareros del Valle del Cauca.

El éxito le permitió mudarse a una gran bodega de dos plantas, con alrededor de 650 metros cuadrados en la primera planta y 140 metros cuadrados en la segunda, ubicada en el barrio Piloto, en pleno corazón de Cali, cerca de la estación de policía sobre la Calle 21. La empresa prosperaba y Don Pedro veía cómo sus años de esfuerzo daban fruto.

Pero todo cambió con la llegada de la pandemia: el confinamiento decretado por el gobierno presidido por Iván Duque en 2020 para frenar la propagación del virus golpeó duramente a su empresa. Los pedidos se redujeron, los ingresos cayeron y Don Pedro se vio obligado a tomar la difícil decisión de despedir a varios de sus empleados. A pesar de la adversidad, se mantuvo optimista, esperando que la situación mejorará una vez que el país empezara a salir del confinamiento.

Sin embargo, en junio de 2021, cuando las restricciones comenzaban a levantarse, Don Pedro recibió una notificación que lo dejó atónito. La constructora JM, encargada de la socialización del proyecto urbanístico, le informó que su propiedad había sido declarada de interés público, lo que significaba que debía venderla para dar paso a un proyecto de renovación urbana en el centro de Cali que finalmente sería operado por la constructora Inacar.

Comunicado oficial emitido de socialización del proyecto emitido por consturtora JM.

 

El plan de renovación urbano incluye la construcción de edificios, conjuntos residenciales y centros comerciales en barrios tradicionales como El Calvario, Sucre, San Pascual, El Piloto y El Hoyo, los cuales serán transformados en un nuevo y moderno centro de la ciudad.

En el lugar donde la empresa de don Pedro había operado durante años, la constructora desarrollaría el condominio «Fiorente» que pertenece al proyecto urbanístico «Ciudadela Paseo del Río» a cargo de la constructora Inacar, un conjunto de torres de lujosos apartamentos con precios que parten desde los 250 millones de pesos cada uno. 

         

A pesar de que don Pedro y otros propietarios no se oponían al proyecto en sí, exigían un precio justo por sus propiedades, puesto que acababa de terminar de pagar la hipoteca de su bodega y la oferta que recibió estaba muy por debajo del valor comercial del terreno. La cantidad ofrecida no solo no alcanzaba para cubrir lo invertido durante años, sino que también era insuficiente para adquirir una nueva bodega. Don Pedro, dispuesto a negociar, se encontró con la inflexibilidad tanto de la administración como de las empresas relacionadas al proyecto urbanístico, que insistían en mantener un precio que él consideraba irrisorio.

Durante el resto de 2021 y todo 2022, el empresario se embarcó en una lucha legal para obtener un trato justo. Presentó derechos de petición, acudió a todas las instancias legales posibles y agotó los trámites burocráticos, esperando que el proceso surtiera efecto. Finalmente logró un aumento en la oferta, pero seguía siendo muy inferior al valor real de la propiedad.

Desesperado por mantener su empresa a flote, el empresario adquirió nuevos créditos para solventar los gastos. Cuando ya no pudo obtener más financiamiento, decidió aceptar la oferta por su terreno. Sin embargo, las promesas de pago nunca se materializaron.

El peor de los escenarios llegó, el 28 de noviembre de 2023, antes de que el alcalde Jorge Iván Ospina terminara su mandato, cuando Empresa de Desarrollo y Renovación Urbana E.I.C.E. (EDRU) emitió una orden de expropiación administrativa sobre la propiedad. Según don Pedro, esta medida buscaba presionarlo para que firmara la expropiación y así obligarlo a abandonar el terreno, un lugar que había sido su sustento y que ahora estaba destinado a ser parte del proyecto «Ciudadela Paseo del Río». Para él, la expropiación representa no sólo la pérdida de su propiedad, sino también el cierre definitivo de la empresa que había construido con tanto esfuerzo a lo largo de los años.

Orden de expropiación emitida en 2023

Desde entonces, la empresa, antaño un símbolo de éxito y perseverancia, empezó a desmoronarse. Las máquinas que alguna vez funcionaron a pleno rendimiento ahora están apagadas, cubiertas de polvo, y solo unos cuantos empleados permanecen en el lugar, tratando de mantener lo poco que queda.

Con la administración actual del alcalde Alejandro Eder en 2024, la situación no ha cambiado, de hecho ratificó la orden de expropiación a inicios de año. En medio de esta incertidumbre, el propietario ha decidido no rendirse. A pesar de las dificultades, sigue luchando, esperando que un fallo del Consejo de Estado pueda cambiar su situación o, al menos, definirla de manera clara.

Orden de expropiación administrativa emitida en enero de 2024.

Mientras tanto, la EDRU argumenta que el predio donde se encontraba su empresa está ubicado en una zona estratégica para el desarrollo del plan de renovación de Cali, integrado en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), y que todo el proceso está amparado por la ley. Además, que a todos los propietarios de los predios se les pagó por estos con indemnizaciones incluidas.

Esto contrasta con la opinión del denunciante, quien afirma que, a mediados de julio, cuando nos contactamos con la EDRU para pedir explicaciones sobre el caso, se le hizo el pago por su propiedad a un valor que no corresponde al precio real del terreno. Según él, tanto las administraciones municipales que han manejado el caso como la EDRU no pagaron un precio justo, sino que solo hicieron ofertas, y quienes no las aceptaron fueron presionados para vender. Aquellos que no cedieron enfrentan hoy procesos de expropiación con abogados. Además, Hoy Noticias pudo constatar que hay más propietarios en la misma situación que Don Pedro.

El tiempo pasa y la ansiedad crece para don Pedro y los otros propietarios que aún permanecen en los predios, ya que son conscientes de que en cualquier momento pueden llegar a exigirles que desocupen los bienes. La constructora Inacar comenzó adelantos de la obra y en el sector instaló una sala de ventas, mientras los propietarios luchan por mantener lo que les queda.

Esta historia refleja la realidad de un hombre que se niega a rendirse, que resiste ante la adversidad y lucha por lo que considera justo. Su empresa, que alguna vez fue un ejemplo de éxito en Cali, ahora es un símbolo de la lucha de un individuo contra las fuerzas del progreso que, en nombre del desarrollo urbano, amenazan con borrar años de esfuerzo y dedicación. Mientras espera un fallo judicial, sigue aferrado a la esperanza de que su lucha no sea en vano y que la justicia finalmente reconozca el valor de su trabajo y su tierra. La incertidumbre persiste, pero su determinación permanece inquebrantable.

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