En su último recuento, la comisión sanitaria de China contabilizó 20 nuevos casos, 16 procedentes de otros países y 4 domésticos, estos últimos en la provincia de Hubei.


Las autoridades informaron de que, hasta la fecha, se han detectado 111 casos que Pekín denomina “importados”: pacientes diagnosticados en China llegados de otras partes del planeta, donde el virus se sigue propagando, con focos sobre todo en Japón, Corea del Sur, Irán o Italia y, en menor medida, países como España, Francia o Alemania.

De los últimos casos de este tipo, 5 se detectaron en Pekín; 4 en la provincia oriental de Zhejiang; 3 en Shanghái; 3 en la provincia occidental de Gansu y uno en la provincia meridional de Guangdong.

La preocupación por estos casos ha llevado a que la capital china desvíe desde ayer todos los vuelos internacionales previstos para aterrizar en el nuevo aeropuerto de Daxing al Aeropuerto Internacional de Pekín, donde se ha habilitado un área especial en una de sus terminales para recibir a estos pasajeros.

Y desde este lunes, todas las personas que viajen a Pekín desde el extranjero serán enviadas a instalaciones habilitadas para realizar una cuarentena obligatoria de 14 días, dijo hoy el funcionario Chen Bei del Gobierno local pequinés.

El control de los casos importados es prioritario para contener el virus, afirmó Chen, y agregó que los viajeros deberán pagar los costos de la cuarentena, la cual sólo se podrá hacer en casa en determinados casos.

“Las personas que transmitan el virus ocultando información deberán responder ante la ley”, añadió el funcionario.

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