Los estudiantes de la Institución Educativa Carlos M. Simmonds de Popayán llevan siete años esperando salones nuevos.


Los estudiantes de la Institución educativa Carlos M. Simmonds de Popayán esperan aún la edificación de las nuevas aulas, las cuales comenzaron a construirse desde 2016.

El consorcio Germán Mora Insuasty fue el encargado de iniciar dicho proyecto, el cual prometía ser la solución para el problema de espacio físico que enfrentan los estudiantes. Proyectaron que en ocho meses y medio se ejecutaría esta construcción, para dejar atrás las viejas y obsoletos salones.

Sin embargo, lo anterior no se cumplió. Ese consorcio Germán Mora Insuasty entró en quiebra, y las más de 500 obras que tenía a su cargo, se fueron quedando a la deriva, como lo sucedido con la IE Carlos M. Simmonds de la ciudad de Popayán.

«Ya en el 2018 la obra completaba más de seis meses de abandono, además empezaron aparecer varias irregularidades en ciertos planos y proyecciones del proyecto, como por ejemplo que en el papel se tenía proyectado la construcción de las aulas a dos metros de distancia de la cancha, cuando en la realidad no era así», denunciaron representantes de los estudiantes de este plantel educativo.

Pasó el tiempo, y ante la necesidad de sacar este proyecto estructural, el Fondo de Financiamiento de la Estructura Educativa, FFIE, le otorgó al Consorcio CCH 2019 el contrato para que terminara la construcción de dichas aulas. Eso sucedió en enero 2020.
Pero los nuevos contratistas encontraron solo un 23 por ciento de avance en la obra, y como se debía entrar a verificar si esta cumplía la especificaciones para continuar con la construcción, el Consorcio CCH 2019 inició la fase de diagnostico, cumpliendo todos los compromiso asumidos con el FFIE.

En medio de esa verificación previa, corroboraron que la estructura existente debía ser demolida, en base a un estudio geotécnico y estructurales, ya que los estudios efectuados por el contratista de obra establecen que el suelo no era apto para soportar la estructura, estableciendo que el proyecto no cuenta con ningún avance.

«Se debe arrancar con el cien por ciento del proyecto, situación que no es imputable a la UF-FFIE, sino al contratista Germán Mora Insuasty, para lo cual se informará a la dirección jurídica el valor total de los perjuicios ocasionados, para que se inicien o adicionen, los respectivos trámites ante la aseguradora y se anexen al proceso jurídico que se encuentra por iniciar o en curso desde la parte jurídica contratante», reza uno de los oficios donde el FFIE reconoce ante el nuevo contratista que debía arrancar desde cero este proyecto.

A pesar de esto, y buscando cumplir a cabalidad con el contrato, el Consorcio CCH 2019 asumió la tarea de cumplir con todos los requisitos acordados, partiendo de que se debía realizar nuevos estudios y diseños. Esos valores fueron asumidos por ellos, y de buena fe, continuaron con los mismos en medio de los grandes obstáculos que se presentaron en el camino como la pandemia y el estallido social.

«A pesar de que el nuevo contratista buscaba por todos los medios de continuar con el proyecto, asumiendo valores que en el papel ya están cancelados, el Fondo de Financiamiento de la Estructura Educativa, FFIE, nunca les dio una respuesta concreta para continuar con las demás fases, de hecho, solo dieron respuestas generales durante la fase uno, poniendo en riesgo la viabilidad de la obra», denunciaron los representantes de los estudiantes.

Pasó alrededor de dos años, y a pesar de los llamados del Consorcio CCH 2019 al FFIE de cumplir lo acordado en el contrato, y de asumir las recomendaciones dadas en la etapa de diagnostico, la respuesta de esta entidad nunca llegó. Esto, en la práctica, representa que los estudiantes de la IE Carlos M. Simmonds, deben permanecer aún en los viejos y deteriorados salones.

«La respuesta que encontramos que al nuevo contratista le quitaron dicho proyecto,a pesar de que ellos de buena fe buscaron por todos su medios de ir cumpliendo con las fases del proyecto,en medio de suspensiones, buscando beneficiar a los estudiantes. Pero no, la respuesta se dio de manera unilateral, dejando por fuera a Consorcio CCH 2019 y a la deriva a los alumnos», agregaron los representantes de los estudiantes.

Ahora, lo que era una posibilidad de terminar la obra, lo que terminó fue en un pleito jurídico entre el nuevo contratista y el FFIE porque los primeros reclaman por unas serie de daños o perjuicios causados por esa determinación, ya que ellos cumplieron con una serie de actividades planteadas en la fase uno del proyecto, lo cual aparece cancelado en el papel pero que en la practica se debe recurrir a reclamaciones jurídicas para el desembolso de dichos valores al Consorcio CCH 2019.

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