Nicol Sharith, de 13 años de edad, murió luego que un derrumbe sepultara su vivienda.


Como Nicol Sharith Andrade Lasso fue identificada la niña de 13 años de edad que murió tras quedar sepultada por un derrumbe que se registró en la vereda Santa Helena del centro poblado Mesitas, zona rural del municipio de Aipe, norte del Huila. 

Por eso fueron angustiosas  las horas de búsqueda, en que los campesinos de la zona, con picas, palas y otras herramientas escarbaron bajo la lluvia sin importar el riesgo inminente de una nueva emergencia.

La dramática situación inició alrededor de la medianoche del pasado miércoles 26 de octubre, cuando un deslizamiento de tierra sorprendió a  esta familia campesina en la vereda Santa Helena del centro poblado Mesitas, zona rural del municipio de Aipe, departamento del Huila.

Por culpa del invierno, el sueño se transformó en una pesadilla para los padres de Nicol Sharith Andrade Lasso. Ellos se percataron que la menor no salió de la casa, luego que la montaña se les viniera encima. Presagiaron lo peor, por la magnitud de la emergencia. 

Las fuertes lluvias y precipitaciones que han golpeado fuertemente el departamento, ocasionaron el debilitamiento de la capa vegetal, dando como resultado el desprendimiento de una parte de la montaña.

Los habitantes de este sector, abandonado por los gobierno local, regional y nacional, tuvieron que ingeniárselas, para poder iniciar las labores de remoción de tierra y búsqueda de la niña de 13 años. La pequeña quedó sepultada.

La esperanza no estaba pérdida. Empezaron las oraciones de la familia y de la comunidad. Todos pedían a Dios un milagro: que Nicol fuera hallada con vida.

«El altísimo era el único salvador, quien podía iluminar y llenar de sabiduría a los moradores, quienes no descansaban con tal de prestarle los primeros auxilios a la menor de edad», relataron los pobladores.

Transcurrieron aproximadamente 36 horas, donde se evidenció que no hubo un oportuno apoyo de las unidades de rescate. Los Bomberos de Aipe y Palermo, quienes se trasladaron hasta la zona para colaborar en la emergencia, tardaron mucho en llegar por las dificultades que tuvieron al movilizarse en las pésimas condiciones de las vías de acceso que tiene esta población.

Entre los derrumbes y la tormenta, lograron finalmente arribar a cumplir con su objetivo, que era rescatar a la niña, ansiada por sus dos padres, angustiados. Desde este punto se coordinó el traslado de maquinaria amarilla con la que se tenía planeado agilizar los trabajos adelantados por los vecinos.

Volvió a llegar la noche. La angustia de los progenitores aumentó. La incansable labor no tuvo fin, sino hasta el mediodía de ayer viernes 28 de octubre, cuando cuando el cadáver de Nicol Sharith apreció. Aunque ella no estaba con vida, la tranquilidad retornó en parte entre los seres queridos y la comunidad, sabían ya que podían brindarle cristiana sepultura.

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