Recuperados 21 cuerpos de posibles desaparecidos tras la Operación Berlín del ejército.


La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas -UBPD- intervino, por segunda vez, el cementerio municipal de Bucaramanga y recuperó 21 cuerpos no identificados que podrían corresponder a personas que murieron durante la denominada Operación Berlín, llevada a cabo por el ejército a finales del año 2000, y de quienes sus familias no tendrían información.

Es de anotar que la vergonzosa Operación Berlín  tuvo lugar entre noviembre del 2000 y enero de 2001, en medio de una fuerte confrontación que se adelantaba en aquel entonces entre el Ejército Nacional y la extinta guerrilla de las Farc en inmediaciones al páramo de Berlín, en Santander

Durante la acción humanitaria, que contó con el apoyo de la Secretaría de Salud de Bucaramanga como entidad encargada de la administración del camposanto, participaron las familias de 4 de las personas desaparecidas con edades entre los 15 y 21 años, cuyos cuerpos pudieron ser dispuestos en este cementerio.

Desde diferentes municipios del departamento del Meta, llegaron familiares de las víctimas con la esperanza de obtener, después de  23 años,  respuestas acerca del paradero de sus seres queridos. 

“Mi papá quería estar aquí y se lo merecía por ser quien ha liderado este proceso desde que mi hermana desapareció, pero por su salud y la emoción que genera esto no pudo. Yo sé que no es lo que uno quisiera, pero agradezco mucho estar aquí porque por fin se empiezan a encontrar respuestas y nace la esperanza de poder saber dónde está ella y esclarecer qué de lo que dicen que pasó con ellos es cierto o no”, expresó una de las asistentes durante la intervención al cementerio.

Gracias a la investigación humanitaria y extrajudicial realizada por el equipo técnico de la Unidad de Búsqueda, en la que se contrastaron diferentes fuentes de información como testimonios de sobrevivientes, hojas de vida de los excombatientes y registros forenses de medicina legal, fue posible identificar que las personas desaparecidas serían jóvenes que fueron vinculados – reclutados/- a las extintas FARC-EP entre 1995 y 2000 en los municipios ubicados en la antigua zona de despeje (San Vicente del Caguán, La Macarena, Vistahermosa, Uribe y Mesetas).

Estos menores de edad fueron reclutados por el extinto grupo guerrillero a la columna móvil Arturo Ruiz,  como una estrategia para desplazar personas vinculadas en la zona de despeje con el fin de fortalecer su presencia en la zona del Catatumbo.

Durante el trayecto, que movilizaba 365 personas distribuidas en 6 compañías diferentes, los armados se enfrentaron a las condiciones climáticas, la falta de preparación y las arremetidas armadas del Ejército.

“Con la Unidad venimos intercambiando información tanto de los familiares como de los nombres que conocemos de las personas que hacían parte del grupo. Para mí es una posibilidad totalmente positiva que hoy estoy viendo con mis propios ojos el avance que hemos venido obteniendo en la práctica, así como esas ganas y esos deseos para poder presentar verdaderos resultados a las familias”, resaltó Arsenio Silva, sobreviviente de la Operación Berlín y actual coordinador de la zona norte de la Corporación Humanitaria Reencuentros.

Investigación humanitaria y extrajudicial UBPD.

La investigación humanitaria y extrajudicial sobre la Columna Móvil Arturo Ruiz llevó al equipo técnico de la UBPD a analizar, comparar y contrastar la información de hojas de vida de las extintas FARC-EP, entregadas por la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP-, con las solicitudes de búsqueda recibidas por familiares o antiguos compañeros de filas, con aportes de información de organizaciones como Benposta, con la revisión de la información entregada por la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV), informes de Necropsias de Medicina Legal y testimonios de sobrevivientes, con el fin de reconstruir la composición de la columna, la línea de tiempo y el desplazamiento de la Columna Móvil.

Según estos hallazgos, de las 365 personas que componían la Columna Móvil, al menos 73 (16 mujeres y 57 hombres) habrían perdido la vida y posteriormente desaparecido entre los municipios de Suratá, Matanza, El Playón (Santander) y Arboledas (Norte de Santander).

La UBPD logró identificar que el Cementerio Municipal de Bucaramanga era uno de los lugares de disposición de cuerpos de la Operación Berlín «Ha sido un trabajo de mucho tiempo que nos ha llevado a reconstruir el rompecabezas que incluye la conformación de la columna, la información de los registros de inhumación y de los protocolos de necropsia, para finalmente llegar a la bóveda que estábamos buscando”, explicó Karina Ríos Cano, profesional de información de la Unidad de Búsqueda.

A la fecha, la Unidad de Búsqueda ha recuperado y entregado a Medicina Legal 33 cuerpos no identificados que podrían corresponder a personas desaparecidas en la Operación Berlín.

Actualmente, se avanza en la búsqueda y localización de sus familiares con el fin de agilizar los procesos de identificación. También, en la investigación y comprensión de la Columna Móvil con el fin de identificar los lugares de disposición de los cuerpos de las otras personas vinculadas que fallecieron en conflictos posteriores desarrollados en la zona del Catatumbo.

Para NO OLVIDAR 

La Operación Berlín fue una operación militar realizada por el Ejército de Colombia durante los diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC-EP. Esta tuvo lugar entre noviembre de 2000 y enero de 2001 en el páramo de Berlín, ubicado entre los departamentos de Santander y Norte de Santander.

Consistió en una serie de enfrentamientos con la columna móvil Arturto Ruiz de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). En la operación murieron 94 de personas, entre ellas 74 menores de edad que habían sido reclutados por la columna móvil Arturto Ruiz de las Farc.​

En su momento el operativo se presentó como un triunfo contra el reclutamiento forzado de menores por la guerrilla, pero con el paso de los años se han documentado ante la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) evidencias de que el Ejército habría cometido crímenes de guerra en contra de los menores.

Por  esa operación  en la que los generales sabían que la mayoría de las filas de esa columna eran menores de edad se dieron reconocimientos y medallas de honor a los integrantes del ejercito nacional que participaron en ellas. 

De acuerdo con versiones de sobrevivientes cuando fueron encontrados por el ejército los niños salieron con las manos levantadas gritando que eran menores de edad y sin embargo,  » los héroes»  les dispararon. 

El 16 de noviembre, la vanguardia de 240 guerrilleros logró burlar el cerco del Ejército. El mismo día, sin embargo, un menor que logró escapar del frente Arturo Ruiz buscó ayuda entre los miembros de la Quinta Brigada en Silos y también les suministró información sobre armamentos y recientes desplazamientos de las Farc en la zona.​

También le comunicó al Ejército que la mayoría de los miembros de la columna eran menores de edad reclutados contra su voluntad. El 18 de noviembre, el general Martín Orlando Carreño de la Quinta Brigada emitió la orden de operaciones 046 con base en los datos suministrados por el desertor.​  Esta orden de guerra consistía en bloquear la avanzada guerrillera que se dirigía hacia Santander e incluyó helicópteros y varios batallones.​ En la madrugada del 26 de noviembre se registró el primer combate de la Operación Berlín en un sitio conocido como filo Turbay.

Varios helicópteros sobrevolaban el corregimiento de Angosturas en el municipio de California y lanzaron panfletos invitando a rendirse a los guerrilleros.​ El helicóptero en donde viajaba el comandante de la V Brigada recibió 16 tiros de fusil. El 15 de diciembre fue capturado alias «Negro Luis», y el 20  murió en un intenso combate «Milton o El Burro». Rogelio y otros cincuenta guerrilleros sobrevivieron y escaparan al ataque. Los combates se prolongaron hasta enero de 2001.

Según la Unidad para las Víctimas, los combates dejaron 100 guerrilleros muertos y 90 capturados, de los cuales 72 eran menores de edad. Según el Ejército, mientras que en sus filas hubo cuatro bajas, los muertos de la guerrilla fueron 46, de los cuales 20 eran menores de edad, y que el número de desertores fue de 32 (todos menores de edad).

Tras la Operación Berlín el número de desplazados en la zona se disparó. Según el Registro Único de Víctimas, mientras que en 1999 hubo 33 desplazamientos forzados, en 2000 y 2001 se registraron respectivamente 433 y 442 casos de ese delito.​ Es decir, el 42 por ciento de los desplazamientos forzados en ese municipio durante las últimas tres décadas.

A su vez, el impacto psicosocial de la Operación Berlín llevó a que la Unidad de Víctimas diera una reparación colectiva a los habitantes de los corregimientos de Turbay y El Mohán,​ que se convirtieron en pueblos fantasma.

Por cuenta del reclutamiento forzado de menores del frente, la Fiscalía condenó a diecinueve 19 miembros de las Farc por reclutamiento forzado entre 1998 y 2010,​ incluyendo las primeras imputaciones por crímenes de guerra contra el Estado Mayor y el Secretario de las Farc.

El gobierno de la época  celebró la Operación Berlín. En 2000, el general Jorge Enrique Mora (entonces comandante del Ejército) calificó sus resultados como «los mejores desde lo militar y seguridad».  El 13 de febrero de 2001, el presidente Andrés Pastrana condecoró por la Operación Berlín a un grupo de oficiales y suboficiales.​

Dos décadas después, la Unidad para las Víctimas dijo que la Operación Berlín se hizo «sobre la base de múltiples violaciones de derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Muchos fueron desplazados de sus tierras, señalados de ser auxiliadores de la guerrilla, otros vieron como sus pertenencias, labradas por años, fueron destruidas por las bombas».

En 2021, según testimonios, documentos oficiales y reservados en poder de la JEP, el Ejército tenía información de que entre el 70 y el 80 por ciento de la columna estaba compuesta por menores de edad sin entrenamiento.​ Además, esa entidad estableció que la columna Arturo Ruiz tenía orden de no atacar a la fuerza pública.​

Los documentos recopilados por la JEP recogen también testimonios de niños que vieron salir a sus compañeros con los brazos en alto, y que sin embargo fueron fusilados.​ A su vez, varios cadáveres de menores de edad  fueron presentados como si fueran de adultos. Y a eso se suman indicios que hubo orden en el Ejército de no dejar a ningún adversario con vida.

Comentarios en Facebook