Soldados y policías rodeados por campesinos cocaleros en zona rural de El Patía, Cauca.


Hay máxima tensión en la zona rural del municipio de El Patía, en el sur del departamento Cauca, luego que 26 militares y dos policías terminaran rodeados por campesinos de la vereda La Aguada del corregimiento de Santa Cruz.

Esta situación comenzó en la mañana del jueves 11 de mayo cuando la unidad militar, acompañada por funcionarios judiciales, arribó a dicho punto de la zona rural desde la ciudad de Bogotá para ejecutar la destrucción de un laboratorio artesanal para la elaboración de pasta de base de coca, posiblemente de propiedad de un grupo armado al margen de la ley.

«Son 26 militares y dos policías, quienes permanecen en poder de los labriegos, ya que estos se opusieron a la destrucción de este complejo cocalero ubicado en la zona de la cordillera del municipio de El Patía, todo porque es un único medio de trabajar y conseguir la comida.  Luego de rodearlos, los uniformados los obligaron a permanecer en una de las canchas del lugar», explicaron funcionarios de la alcaldía.

Este nuevo ‘encontronazo’ entre la fuerza pública y comunidades campesinas cocaleras quedó registrado en un vídeo, realizado por un habitante del sector y compartido en las redes sociales. En la grabación se aprecia cómo los labriegos, encapuchados, rodean a los soldados y policías.

Después, y aprovechando las redes sociales, los líderes campesinos explicaron que ellos realizan esta clase de actividades porque no quieren más actores armados en sus territorios. Dichas razones fueron plasmadas en un comunicado de prensa, el cual fue enviado a diferentes entidades y medios de comunicación.

«Para nosotros como comunidades campesinas, la Fuerza Pública Colombiana representada en el Ejército, no es garantía en estos momentos, ni en ninguno, de seguridad. Su presencia cerca de las comunidades, las instituciones educativas, o en los ejercicios comunitarios, de cualquier índole, rompe con la poca tranquilidad que tenemos», expresaron los representantes sociales a la hora de explicar por qué rodearon a los soldados y policías.

Paso seguido agregaron que «en materia de cultivos de uso ilícito, a los que se han visto obligadas las comunidades por el abandono Estatal, están dispuestas a establecer diálogos concertados, vinculantes en el marco de una política de drogas garante de los Derechos Humanos, el medio ambiente y la participación comunitaria».

Agregaron además que «campesinos estudiantes, a diario, nos movilizamos a nuestras actividades diarias, sin embargo, su llegada al territorio pone en riesgo toda esa dinámica. Reconocemos sus buenas intenciones; pero, como comunidad nos hemos organizado para brindar garantías y seguridad a nuestras familias».

De acuerdo con la comunicación escrita, esta postura es compartida por los campesinos de los corregimientos de Santa Cruz, La Mesa, Bello Horizonte, Santa Rosa, Pan de Azúcar, Quebrada Oscura, Don Alonso, Las Brisas, Placer, La Fonda y Las Tallas, todas ubicadas en la cordillera del municipio de Patía.

Sin embargo, hay que tener presente que esta situación sucede en una zona que es el escenario de la guerra entre la disidencia Carlos Patiño de las Farc, la Segunda Marquetalia y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, de ahí que la misma comunidad busca autoprotegerse ante las acciones armadas de estos actores armados.

Tras conocerse esta situación, al corregimiento en mención llegaron integrantes de la Defensoría del Pueblo y otras entidades humanitarias para establecer un diálogo que permita la salida de los militares del lugar.

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